En esta investigación se expone la evolución del marketing experiencial desde su ámbito más clásico hasta su aplicación en el mundo digital. Este análisis pretende mostrar que el objetivo del marketing experiencial tradicional no ha cambiado. Su finalidad sigue siendo la misma, lograr que a través de experiencias positivas el usuario recuerde la marca y las emociones causadas se queden en su memoria. Hoy en día es evidente que todo lo digital ha cobrado sentido, no sólo porque estamos en el siglo XXI y la tecnología y la globalización evolucionan cada día más, sino porque la pandemia mundial del COVID ha impulsado el entorno digital en mayor medida.
Muchos de los negocios han tenido que transformarse para adaptar su contenido y potenciarlo digitalmente, y aquellos que solo tenían negocios físicos han tenido que reinventarse o morir. Cada vez son más importantes las opiniones de los internautas y tenerles satisfechos para futuras compras. Y es más relevante tener un espacio “virtual” dedicado a tu marca que un espacio físico. Este proyecto representa la exploración del mundo del marketing experiencial digital en profundidad, examinando todos los factores influyentes en el proceso, así como ejemplos de marcas que han sabido adaptarse satisfactoriamente al mundo digital a través de experiencias.
Objetivo Principal:
-El objetivo principal de este proyecto es demostrar que el marketing experiencial digital existe y cada vez es utilizado por más marcas.
Objetivos Secundarios:
-Demostrar la importancia que cobran los factores del marketing experiencial offline y online, así como sus posibilidades y beneficios.
-Analizar cómo las marcas experienciales por antonomasia (Apple, Coca-Cola, Red Bull o IKEA) aplican la experiencia al territorio online.
-Mostrar aquellas marcas que pueden sacar mayor partido al marketing experiencial online.
-Mostrarlas grandes oportunidades que el mundo digital nos ofrece para llevar a cabo el marketing experiencial.
Vivimos en un mundo donde los grandes problemas, nos abren la puerta a nuevas posibilidades y soluciones. La crisis sanitaria del COVID nos trajo muchas consecuencias globalmente. Por desgracia, muchas de ellas fueron negativas y estrictamente duras, pero a su vez, impulsó el hecho de que todas las personas estuvieran conectadas en un mismo lugar: internet. Cuando nadie podía salir de sus casas, o no era recomendado hacerlo, las personas seguían su vida social conectados a internet. Ya fuese para trabajar, entretenerse, socializar o comercializar, entre otros.
Esta crisis aceleró lo que en un futuro iba a ser inminente: la digitalización a todos los niveles. A pesar de que aparentemente todo esta inventado, siempre existen nuevas posibilidades de reinventarse y lograr diferenciarse en el mercado, no obstante, no es algo sencillo y debemos luchar duro para conseguirlo. En este sentido, algunas empresas supieron ver que el mundo digital era una gran oportunidad para llegar a los clientes y reforzar su imagen en la mente del consumidor. Trasladaron la idea del marketing experiencial al mundo virtual, haciendo del problema una oportunidad para mejorar sus negocios. Por lo tanto, aunque es cierto que el marketing experiencial digital ya existía con anterioridad, a raíz de esta crisis cogió mucha más fuerza e importancia. Se sumaron a la lista muchas de las grandes marcas y pequeños comercios.
Sin embargo, cada uno lo hizo dentro de su estilo y sus posibilidades, ya que no hay una fórmula perfecta que solucione todos los problemas, ni que se pueda aplicar a todas las empresas del mercado. Son las propias empresas las que deben descubrir cómo pueden potenciar en mayor medida su marca y sus productos o servicios. Para conseguir llevar el marketing experiencial al mundo digital, hay que desarrollar y crear un buen funcionamiento de las nuevas tecnologías. Ya que, gracias a estas nuevas tecnologías es posible desarrollar el marketing experiencial en un mundo virtual, simulando una realidad paralela en la que se intercambian sentimientos, se crean experiencias y se genera un vínculo emocional entre el usuario y la marca.
Por un lado, desarrollar una simulación es algo que implica mucho esfuerzo y tiempo, pero por otro, es muy sencillo replicarla. Una vez que tenemos esta simulación preparada, se replicaría prácticamente de forma idéntica para todos los usuarios, y, por lo tanto, sería mucho más escalable y menos costosa. Asimismo, los procesos de control y gestión serían más ágiles. Por ejemplo, las empresas tendrían menos preocupaciones por dar citas o por los límites de aforos, ya que serían capaces de atender a mucha más gente a la vez, de forma personalizada y conseguir que estén mucho más satisfechos con ello.
Una vez que las empresas han desarrollado de forma correcta todas las tecnologías que soportarán sus experiencias, deben ser capaces de estimular los sentidos de los usuarios y hacerles volver dónde en su momento se sintieron bien. Porque las decisiones que tomamos están estrechamente relacionadas con las emociones que sentimos. Si los usuarios sienten un vínculo especial generado por esa interacción con la marca, serán ellos mismos quienes la promocionen de forma indirecta.
Mediante los casos expuestos a lo largo del trabajo sobre el marketing experiencial, hemos podido ver cómo las empresas han llevado todo este proceso rigurosamente a la práctica, evidenciando que el marketing digital existe y cada vez lo están utilizando más marcas, independientemente de la posición que ocupan en el mercado.