El término en auge es influencer, en español influyente. Según el diccionario de la Real Academia Española, un influyente es alguien que goza de mucha influencia. Al trasladarlo al mundo digital, podemos cuantificar esa influencia por el número de seguidores en las redes sociales.
Destacan los artistas más reconocidos y en segundo lugar personalidades que por sus contenidos, ocurrencias u originalidad han sumado seguidores. Las marcas han aprovechado este ajuste en el panorama, donde confluyen lo digital con la publicidad, para impulsar y aumentar sus ventas.
Según un análisis de Brandwatch, el 72% de los usuarios de redes sociales sigue a influencers, el 38% de ellos los considera creíbles, y además, el 30% de los consumidores eligen un producto si está recomendado por alguien influyente. Queda claro que es una estrategia muy acertada avanzar en el llamado marketing de influencers. Ya hay empresas que realizan esta actividad como un servicio para sus clientes.
Los influyentes gozan de especial importancia en algunos sectores, como el mundo del lujo, donde el 30% de las compras se realizan ya a través de internet, según el estudio Radiografía del nuevo universo del lujo, que indica por otro lado que el número de consultas previas a la compra a través de medios online supera el 80%.
Y ocurre que un 26,9% de los compradores de lujo dan importancia a los comentarios de los influyentes.
Fenómenos como el de las Kardashians estadounidenses, que comparten su estilo de vida y muchos jóvenes toman como modelo, se repiten en España con inlfuencers como Dulceida o Paula Echevarría.
Según el diario El Pais, el mercado de influencers facturará este año 15 millones de euros en España y 2.000 millones de dólares en todo el mundo (dato tomado de la revista Forbes). Se estima que para el año 2020 el tamaño global del mercado del marketing de influencers supere los 10.000 millones de dólares.
Ante estas cifras, es necesario recordar la importancia de evitar los fraudes, analizando la calidad del influyente que se elija. Debemos descartar aquellos que abusan de robots para ganar Me Gustas, y siempre definir bien el tipo de público que sigue a esta persona, para acertar.
La profesionalidad del infuencer también es fundamental, esto tiene que ver con el respeto a las marcas, contratos firmados y ética a la hora de manejar productos del mismo sector, si se diera el caso.
También para el influencer es importante asegurarse de la calidad de la marca o el producto que promueve para evitar apoyar a quien no lo merezca. Recordemos el escándalo del voluntariado promovido desde la ONG Yes we help, que fue una gran decepción para más de 300 jóvenes y adolescentes que pasaron un verano bastante diferente al prometido al apuntarse y pagar en el programa.
Tania Rivera, hija de Eugenia Martínez de Irujo y el torero español Fran Rivera, fue una de las afectadas por esta ONG, y volvió de urgencia a España después de ser amenazada por un grupo de hombres armados que irrumpió en su residencia en Ghana.
Enseñando influencer marketing
Ante la importancia de esta actividad, podemos preguntarnos: ¿Puede enseñarse el marketing de influyentes?
Sí, sin duda, es posible enseñar y aprender influencer marketing. Trabajar en este área requiere dedicación y creatividad.
Tener formación específica es vital, y por eso lo incluimos en el corpus académico de nuestro Máster (oficial) Universitario en Marketing Digital Comunicación y Redes Sociales, de la Universidad Camilo José Cela e ID Digital School. Este tema se enseña en la asignatura Gestión de Redes Sociales – Online Community Management, donde se detallan y se desarrollan puntos como:
- Tipos de Influencers (por tema / por ubicación geográfica)
- Como generar contenidos adecuados
- Los falsos inlfuencers
- Fuentes de ingreso de un influencer
- Influencers 360
Aún no existe una fórmula mágica para convertirse en influencer, pero sin duda estudiar y formarse específicamente sobre el tema es un buen comienzo. Muchas empresas buscan la receta perfecta para conseguir a los mejores influyentes, analizando sólo sus seguidores, pero deberían tener también en cuenta la calidad de sus contenidos y la coherencia de su recorrido.
