España tendrá un déficit de 3 millones de jóvenes con formación digital. Así lo ha afirmado Cesar Alierta, presidente de la Fundación Telefónica, en Congreso Anual de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
Las nuevas tecnologías (que ya no son tan nuevas) son un elemento esencial para el correcto funcionamiento y el avance de las empresas, así como para el desempeño del trabajo de sus empleados. Por eso Alierta ha advertido que aquellas empresas no que cuenten al menos con un 20% de personal con formación digital “no van para ningún lado” y ha destacado la importancia de una formación universitaria adaptada al nuevo entorno donde la tecnologías jueguen un papel importante.
Lo cierto es que los negocios digitales evolucionan a un ritmo frenético y lo harán cada vez con mayor intensidad, ya que las tecnologías están plenamente integradas en las vidas de las nuevas generaciones, los millenials.
Sin embargo, según un estudio presentado por el Instituto de Economía Digital, solo una de cada cuatro empresas ha creado puestos específicos en los últimos años para cubrir necesidades digitales. Los resultados revelan además que solo el 32% de los directivos de las empresas españolas integra funciones digitales en sus compañías y solo un 15% cuenta con personal que posea formación digital reconocida para un puesto específico.
Hace apenas un mes, el presidente de la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales (AMETIC) advertía que “los modelos de negocio tradicionales se han visto convulsionados por la disrupción digital, en un mundo donde Internet se ha convertido en la columna vertebral del ecosistema digital” y afirmó que en España, donde en 2015 los contenidos digitales alcanzaron los 90.270 millones de euros, “necesitamos apostar de una manera firme por la transformación digital y esto debe ser una cuestión de Estado”.
No obstante, las previsiones son positivas: el 65% de las empresas prevé hacer una inversión en formación digital media o fuerte en los próximos dos años. No cabe duda: el futuro es digital.
