Tras el desarrollo del presente proyecto y teniendo en cuenta los resultados obtenidos tras analizar los perfiles en Facebook, Twitter e Instagram de los museos que conforman el “Triángulo del Arte” de Madrid durante los meses de febrero, marzo y abril, se pueden extraer una serie de conclusiones que se describen a continuación:
Con el fin de ser partícipes en el entorno 2.0 y en las comunidades que forman parte de las Redes Sociales, los museos deben contar con una presencia en estas plataformas para promover y personalizar las instituciones, ya que supone un gran potencial para cambiar la percepción que la audiencia tiene del espacio museístico y constituye una herramienta de gran utilidad para la difusión cultural y artística. Gracias al contacto que el museo puede tener con su comunidad de usuarios, las Redes Sociales pueden ayudar a que los museos sean mucho más accesibles, tanto en términos de proximidad física como a mitigar su imagen conservadora.
En términos generales, el Museo Nacional del Prado es el museo que cuenta con mayor presencia e interacción en las Redes Sociales analizadas y se desmarca de las otras dos instituciones. Sin embargo, tal y como ha explicado José María Goicoechea, Director del Departamento de Comunicación del Museo Thyssen, Instagram está sufriendo un gran crecimiento en los últimos tiempos. Por lo tanto, aunque el número de publicaciones realizadas en esta plataforma (44 publicaciones del Museo del Prado, 36 publicaciones del Museo Thyssen y 193 publicaciones del Museo Reina Sofía) sea mucho inferior al de Twitter, se prueba que para esta Red Social se invierten mayores esfuerzos para generar contenido que sea atractivo para los usuarios.
En general, los museos emplean un tono formal en sus publicaciones debido a que gran parte de sus posts están enfocados hacia la divulgación cultural y la educación, por lo que se emplea terminología relacionada con el ámbito artístico. Aunque el tono de comunicación es profesional, sí que se muestra cercanía y proximidad ya que cuando se procede a explicar algún tema se dan a conocer conceptos posiblemente desconocidos para los usuarios.
Es interesante destacar que ninguna de las tres instituciones en sus Redes Sociales realiza publicaciones con la intencionalidad de conseguir generar participación de los usuarios, es decir, no se generan contenidos en los que se promueva la participación del público mediante la formulación de preguntas hacia sus seguidores o empleando la gamificación. El uso de estas estrategias podría favorecer de manera significativa la participación del público, animándolo a formar parte de los contenidos del museo y a experimentar con las obras y sus artistas de manera creativa. Además, también podría convertirse en un incentivo para animar a los usuarios a visitar las pinacotecas con mayor frecuencia.
De la misma manera, no se generan contenidos sobre el montaje de una exposición, la restauración de alguna obra, el estado del almacén de piezas no expuestas o mostrar la actividad que realiza el personal dentro del museo. Con esto se conseguiría humanizar la marca y conectar de una manera más cercana y personal con los usuarios. El museo que más se aproxima a la publicación de contenidos que siguen esta temática es el Museo Thyssen, el cual emplea el hashtag #NuestrosCuadrosViajan para dar a conocer qué obras de su colección se encuentran presentes en ese momento en otros museos y exposiciones en el mundo y en alguna ocasión han publicado alguna fotografía relacionada con la llegada de nuevas obras.
En definitiva, se puede afirmar que estas tres instituciones museísticas realizan un uso activo de las Redes Sociales y que han sabido adaptarse a las nuevas formas de comunicación que estas plataformas demandan. Con ellas los museos tratan de sacarle el máximo partido para intentar establecer una comunicación más directa con sus visitantes, empleando estrategias que se alinean con la estrategia de comunicación de cada museo.
Sin embargo, se ha demostrado que necesitan conseguir una mayor integración, ya que en muchos casos se da una comunicación unilateral por parte del museo y no se anima a la audiencia a intervenir en la conversación. Se debería dejar de considerar a su público como consumidores pasivos y enfocar más su estrategia en Redes Sociales hacia una comunicación activa que anime al público a ser participativo, adaptada al nuevo entorno social digital.