En el año 2012, en el segundo que iba del 23:59:59 del 30 de junio al 00:00:00 del 1 de julio, se añadió al UTC. Este segundo extra provocó fallos en diversos sistemas operativos como Linux, basado de Unix.
Se produjeron retrasos de vuelos en Australia por el quiebre de los sistemas informáticos. Y páginas “Reddit” o “Mozilla” sufrieron problemas técnicos.
“Hace 30 años, los ordenadores usaban el reloj interno de su sistema. Eso no era lo suficientemente preciso para decir si uno de estos segundos extra (que deben añadirse para ir al compás de la rotación) ocurrían”, explica Steve Allen.
“Ahora es lo normal para muchos ordenadores el ajustarse al milisegundo con el UTC usando el Network Time Protocol (es decir, vía online)”, sigue diciendo el ingeniero de software del observatorio astronómico de la Universidad de California.
La corrección que aplica el Servicio Internacional de Rotación y Sistemas de Referencia Terrestre (IERS) , que empezó a asumirse en 1972, se explica, entre otros factores, por las complejas relaciones gravitatorias entre Tierra y Luna.
El próximo 30 de junio, se añadirá el segundo extra número 26 desde su implantación. Y el riesgo que se corre es que algunos ordenadores y programas den problemas.
“POSIX (una serie de estándares informáticos de interfaz para un sistema operativo tipo Unix) dice que no existen segundos extras. Y hay millones de ordenadores en uso que creen que esto es cierto. El mayor problema es para sistemas que monitorizan proyectiles o satélites y los que operan fábricas robóticas”, detalla Allen.
“Imagine una línea de producción de robots moviendo grandes masas con herramientas cortantes, sopletes, láseres y prensas. Ahora imagine qué pasaría si los diferentes robots en dicha línea no estuvieran de acuerdo por un segundo”, explica el experto Steve Allen.
En noviembre, se celebrará en Ginebra una reunión de la Unión Internacional de Comunicaciones, organismo de la ONU que tendrá que decidir si conserva o no este segundo de más.
“Es una discusión que lleva en marcha desde hace 15 años. Si los elimináramos, crearíamos una nueva definición del UTC que estaría desincronizada con la rotación terrestre. Y eso significaría que, en unos miles de años, nos tomaríamos el desayuno a medianoche”, explica Daniel Gambis, director del Centro de Orientación Terrestre del IERS.
María C.