La marca personal ha existido siempre, aunque ahora se ha hecho famosa a través de las nuevas redes sociales, plataformas y mensajería instantánea. Lo nuevo es la gestión de la huella personal.
“Una marca personal es el impacto que una persona deja en su entorno”, indica Andrés Pérez Ortega, experto en estrategia de marca personal.
“Así que cualquier amigo, abuela, maestro o ídolo que nos haya dejado una huella, nos ha dejado su marca personal del mismo modo que nosotros la dejamos en todos aquellos con los que nos relacionamos”, afirma Pérez Ortega.
Es en la gestión de nuestra huella personal lo que los expertos en la materia denominan “branding personal”. El propósito de una marca, tanto si es personal como profesional, “es aumentar el valor y el propósito de ser elegido”.
“Lo mejor es empezar con un autoanálisis en el que se trata de descubrir qué quieres, quién eres y que puedes aportar”, aconseja Pérez Ortega. “A partir de ahí se diseña un plan para mejorar lo que nos hace útiles, diferentes y fiables”.
Las funciones principales son:
El referente. Una marca personal te convierte en un referente en tu entorno, aunque este sea muy reducido. Después debes gestionar la valoración de lo que ofreces.
Siempre debes actuar con coherencia para dejar una huella positiva. No varíes de opinión.
Comparte e interacciona con el resto de usuarios ya que el “branding personal” es una gran puerta que puede darte un papel más activo en la sociedad.
Pero ten en cuenta que no debes vender humo, ni buscar la fama, es un error.
Está claro que no podemos gustar a todos y estamos continuamente siendo observados a través de las redes por lo que cualquier error podría marcar de forma muy negativa tu reputación.
