Las redes sociales muestran nuestra faceta más divertida, la más alocada e interesante, pero no todo lo que hacemos lo tenemos que compartir en Facebook.
El afán que tenemos por decorar nuestras escapaditas, filtrar nuestras fotos, pasarlas por el “Photoshop” hace que podamos enmascarar nuestra cruda realidad.
“¿Y el novio/a qué?”, “¿Cómo va la búsqueda de curro?” son preguntas machacantes que te hacen los familiares cercanos y los no tan cercanos y que todos soportamos alguna vez…
Pero estas cosas no las publicamos, sino que colgamos la estupenda cena que tuvimos con los amigos (y en realidad te fuiste a casa antes del postre). El maravilloso “break” que te tomas en el trabajo con tu tacita de té y tus reflexiones inteligentes lo publicas con foto incluida, pero no añades que cobras como un becario y echas más horas que un reloj.
Puede que nuestra vida no sea estupenda pero la vendemos como si lo fuera. ¡¡Vivan las redes sociales!!
Nuestra forma de comunicarnos ha cambiado. Twitter es la prueba de ello. #vamosaescribirasitodoelrato que parece que somos más divertidos y cabe más.
A otro tipo de usuarios les da por la reivindicación desinteresada y sin ningún “glamour”: adopta mascotas, hazte vegetariano, recetas de cocina (“muffins”), no a la tauromaquia, di sí a la república… y muchas más que no se molestan ni en adornarlas con una foto.
Las invitaciones a los juegos de las redes… No creo que para este año seamos capaces de enviar unos y recibir otros menos “solicitudes de amigo”, lo dejamos como propósito para el año que viene (otra vez).
Las “selfies” de pies y piernas, estos puede que ahora estén en Stand-by pero seguro que vuelven en verano.
Los que usan la cita de un libro como portada: nos define y es como nos sentimos hoy. Esto viene del Messenger y es difícil reeducarnos. Ya sabéis, poner canciones, citas…nos hace parecer más interesantes. ¡Queremos que el mundo lo sepa!
Utilizar las redes como nuestro muro de las lamentaciones. Poner que nos aburrimos, que llevamos enfermos una semana y seguimos moqueando, que se me ha quemado el pollo… Intentaremos ser menos reveladores como explicábamos al principio.
Evitar la pornografía emocional, compartir decenas de fotos de nuestra infancia donde salíamos súper monos, darle al me gusta a tu propia publicación… Para finalizar, intentemos evitar la excesiva publicación de fotos de bebes y mascotas. ¡Ánimo con el 2015 que ya comenzó!
María C.