La compra de Nokia no le ha salido muy bien al gigante de Microsoft. El segundo trimestre de este año ha dado pérdidas de casi 3.000 millones de euros.
El año pasado, en el mismo trimestre de abril a junio, la empresa tuvo un beneficio neto de 4.270 millones de euros.
El mayor fabricante mundial de software precisó que sus cuentas reflejan un impacto negativo de 7.500 millones de dólares (6.945 millones de euros) por el deterioro del valor de los activos de Nokia adquiridos por Microsoft el año pasado.
Microsoft también asumió cargas de reestructuración por importe 722 millones de euros, así como de otros 148 millones de euros que ya había anunciado previamente.
Microsoft se vio obligado a señalar hace unas semanas que la compra de Nokia, por un total de 9.500 millones de dólares, resultó ser un desastre.
El objetivo era competir con Apple y Samsung, pero el esperado crecimiento no se produjo y Microsoft incluso anunció que reducirá 7.800 puestos de trabajo.
El volumen de facturación también ha decaído. Las ventas en el sector de los ordenadores bajaron y los servicios en la nube y la venta de consolas Xbox no lograron compensarlo. Además, las ventas de sistemas Windows y sus licencias tampoco alcanzaron las cifras las esperadas.
En concreto, los ingresos por licencias disminuyeron un 34%, después de que las ventas de Windows bajaron un 22%, las de Office un 42% y las de Windows Phone cayeron un 68%.
En total, Microsoft ha obtenido un 44,7% menos de beneficio con respecto al ejercicio anterior y su cifra de negocio ha aumentado un 7,8% (aproximadamente 86.700 millones de euros).
El director de la empresa, Satya Nadella, ha puesto sus esperanzas en el lanzamiento de Windows 10, que se espera traiga nuevas posibilidades para la empresa.
