Efe (Raúl Casado) | Madrid | 23/05/2010
Los políticos españoles se sacuden cada vez más los complejos y han comenzado a abonarse al ‘infoshow’ o ‘infoentretenimiento’; optan así por trasladar sus mensajes a través de canales alejados de los circuitos estrictamente informativos.
Los expertos en comunicación coinciden al defender la legitimidad de un partido o de un político para aprovechar esos canales y llegar así a otro tipo de audiencias y de ciudadanos (votantes) diferentes. Aplauden y valoran esa actitud, pero no ocultan que se trata de opciones no exentas de riesgo.
El último caso de un político que ha optado por uno de esos espacios de ‘infoentretenimiento’, criticado por algunos sectores políticos y mediáticos y valorado por otros, ha sido la presencia del vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, en el programa ‘La noria’ de Telecinco.
Para el experto en comunicación Jordi Rodríguez Virgili, la tendencia anglosajona, sobre todo estadounidense, de que políticos de primera fila estén presentes en programas de esas características se va a extender a todos los países, pero advierte del riesgo de no acertar en la elección del espacio y del tono adecuado para ello.
En este caso, Rodríguez Virgili -subdirector del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra- observa que se trató de la primera comparecencia de un ministro en televisión para exponer medidas «tan duras y tan serias» como las que ha planteado el Gobierno para recortar el déficit público, y que esa comparecencia se produce en un programa que basa parte de su éxito en la «espectacularidad» del formato y en la utilización de la confrontación dialéctica para asegurar ese espectáculo. A su juicio, no se trata ni del momento ni del sitio adecuado para dar explicaciones públicas sobre ese paquete de medidas.
Para Carlos Maciá, profesor de Periodismo y Comunicación en la Universidad Carlos III de Madrid y experto en ética y deontología periodística, los partidos y los políticos están utilizando de una forma «completamente legítima» los medios que tienen a su disposición para conseguir que su mensaje llegue y convenza al mayor número de ciudadanos posible.
Pero advierte también este experto en comunicación de que el mensaje político está llegando a los ciudadanos sin ningún «filtro» ni tratamiento periodístico, y plantea algunas objeciones de tipo ético al respecto.
Las plantea, igualmente, al referirse a la proliferación de otras prácticas que determinan la relación entre los políticos y los periodistas, como las declaraciones de políticos en las que no se admiten preguntas o la señal televisiva única, servida por los propios organizadores de un acto político.
En busca de un nuevo auditorio
Los expertos manejan además las cifras de audiencia para justificar la efectividad que buscan los políticos en sus apariciones públicas, sobre todo televisivas; un programa como ‘La noria’ de Telecinco mantiene una audiencia media durante esta temporada superior a los dos millones (algo más del 17% de cuota media de pantalla), entre los que se encuentran, aseguran los expertos, un elevado número de personas que no consume otros medios o formatos de comunicación.
La sesión plenaria del pasado 12 de mayo, en la que el presidente del Gobierno adelantó las medidas las medidas que promoverá el Ejecutivo para atajar el déficit público y combatir la crisis económica, fue emitida íntegramente por el canal 24 Horas de TVE.
La emisión cosechó una audiencia media de 182.000 espectadores (el 4,4% de cuota media de pantalla), una cifra que marcó, no obstante un récord histórico en el canal de información continua de TVE.
Jordi Rodríguez mantiene que la presencia de los políticos en programas de máxima audiencia no es «ni mucho menos» nueva, pero sí que seguirá en los próximos años una tendencia creciente.
Insiste, además, en que esa presencia no desplazará la participación de los líderes políticos en los medios y formatos tradicionales, sino que será complementaria, y a éstos se sumarán, además de los espacios de ‘infoespectáculo’, las posibilidades de internet y de las redes sociales.
Así, el profesor de la Universidad de Navarra recuerda que el propio presidente del Gobierno acudió al programa de Andreu Buenafuente, y subraya la oportunidad que este tipo de comparecencias brindan a un dirigente político de mostrar perfiles más personales, que el ciudadano no percibe en comparecencias habituales como ruedas de prensa, declaraciones o mítines.
En Estados Unidos, el presidente Barack Obama tampoco despreció este tipo de espacios y acudió al programa ‘Late Night with David Letterman’, uno de los más populares en la noche televisiva americana.
Por el programa de Buenafuente han desfilado otros dirigentes políticos, entre ellos la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Por otros como ‘El Programa de Ana Rosa’, uno de los programas más consolidados de la parrilla televisiva, han pasado decenas de políticos. Sin ir más lejos, este propio domingo Mariano Rajoy, líder del PP y de oposición, ofrece una entrevista al corrosivo reportero ‘El Follonero’ (La Sexta, a las 21.30 horas).
Los expertos insisten en que esos espacios permiten a los entrevistados mostrar perfiles más íntimos o personales, pero también en que hay que saber utilizar el tono propio de los mismos.
Un programa para cada mensaje
Rodríguez Virgili mantiene que la comunicación política de los partidos, sobre todo durante las campañas electorales, se sustenta en tres pilares: el programa, el partido y el candidato; y este tipo de programas pueden resultar útiles para reforzar la imagen que los ciudadanos tienen de un político y complementar los canales más tradicionales; pero insiste en la importancia de saber elegir el tono y el espacio adecuado para cada cosa.
Errar en la elección del tono y el espacio puede provocar, según el profesor de la Universidad de Navarra, que el menaje resulte «contaminado» por el propio programa en el que se ha lanzado y que el discurso no llegue a resultar serio, riguroso y creíble.
Carlos Maciá insiste en la tesis de que los mensajes políticos llegan a los ciudadanos sin ningún «filtro» periodístico, y cree que detrás de esa ausencia de tratamiento periodístico de la información está el éxito, sobre todo entre los sectores más jóvenes, del «periodismo ciudadano», que permite, a través de las nuevas herramientas de internet, intervenir y discrepar a cualquier ciudadano.
Mantiene además que internet, y en concreto las redes sociales, están sustituyendo a los medios de comunicación convencionales como «ventanas de libre expresión», y que los partidos políticos «ya se han dado cuenta de ello».
Investigaciones realizadas en la Universidad Carlos III apuntan a que los profesionales de los medios de comunicación citan a los políticos como una de las fuentes que menos credibilidad les ofrecen, pero Maciá contrasta ese dato con el hecho de que sean la fuente principal de las informaciones, y con el hecho de que se haya consolidado en los medios de comunicación convencionales el periodismo «declarativo», y a su juicio no siempre contrastado.