Ecuadores considerado un territorio pequeño, un país democrático, en el cual, cada cuatro años, los ecuatorianos se dirigen alas urnas para escoger quién los representará en los próximos años. Sin embargo, al ser un país democrático, sus leyes y formas de uso no están bien reglamentadas cuando de grupos de presión o lobbies se trata. El lobbying es un término que, durante los últimos diez años, ha logrado adherirse al vocabulario de empresas, organizaciones o instituciones gubernamentales. No obstante, esta actividad, en Ecuador, no se encuentra regularizada, y quienes se desempeñan en esta línea de trabajo, lo hacen de manera informal. Lo anterior, puesto que los profesionales de esta práctica suelen ser llamados “traficantes de influencias” y, además, se les conoce como aquellos que persuaden o manipulan a personas pertenecientes a un grupo en específico, empresa, organización o institución para alcanzar su objetivo. Es por ello por lo que muchos expertos, desde un enfoque interdisciplinar, se han dedicado a estudiarlo, para obtener una mejor comprensión de este.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, en Ecuador no se ha propuesto una forma de reglamentación en la Asamblea Nacional, con el propósito de hacer del lobbying un mejor ejercicio impartido por diversos profesionales. En contraste, el lobbying en países fronterizos de Ecuador como Perú y Colombia, se estructurado por medio de leyes consignadas en la Constitución. Dichas estructuras fueron propuestas por sus congresos y políticos, pero en el caso de Ecuador, a pesar de los cambios desarrollados en la Constitución en la pasada (Colombia y Perú)Asamblea Constituyente del 2007 al 2008 (Ecuador, 2008), este tema pasó completamente inadvertido.
En la Asamblea Constituyente de Ecuador se supo de un caso en el que, al parecer, hubo manejo de influencias a cambio de dinero. A partir de lo ocurrido, nació el término “El hombre del maletín”, haciendo referencia a la personas que hace negociaciones con empresas, organizaciones públicas y privadas con la finalidad de lograr que en la Asamblea sean aprobados los cambios necesarios para que estas se vean beneficiadas o favorecidas.
En Ecuador, como muchos otros países, las dinámicas de manejo de temas económicos como políticos han cambiado notablemente. Tanto, que se comienzan a ver las sociedades democráticas en sus principios constitucionales, pero, si bien esto sucede y la eficacia de las regulaciones y leyes se va perdiendo, no significa que no existe manera de hacerlas manejables para las partes. Así pues, un lobbying bien regulado y manejado en cualquier sociedad abre las puertas para que estos grupos de presión y políticos se vean beneficiados sin caer en temas fraudulentos o mal posicionados en la mente de sus próximos. De esa manera, obtendrán un marco normativo y legal basados en las democracias expertas en temas de lobbying.