En el momento de preparar una exposición o conferencia solemos hacer hincapié en lo que queremos decir, memorizar algunas partes y preparar material audiovisual que nos sirva de apoyo para explicar lo que queremos transmitir. Pero no siempre recordamos que también es muy importante estar pendiente de nuestra imagen y movimientos corporales, que pueden perjudicarnos o favorecernos a la hora de transmitir un mensaje.
En 2014, cuatro estudiantes de la Universidad de Standford expusieron en la asignatura de Comunicación Estratégica, impartida por el prestigioso profesor JD Schramm, un proyecto final en el que desglosaron un conjunto de consejos para mejorar el lenguaje corporal, controlar los nervios, establecer contacto visual con la audiencia y entender cuando esta se encuentra aburrida o distraída por lo que estamos contando. Pronto, el vídeo de la presentación comenzó a viralizarse por YouTube y, hoy en día, cuenta ya con más de 14 millones de visitas. Todavía hoy sigue viralizándose por otras redes sociales y es un ejemplo para los estudiantes de master en comunicacion empresarial así como para los estudiantes de otras disciplinas como master en marketing digital y comunicacion, un trabajo en el que la comunicación y el lenguaje corporal juegan un papel muy importante, sobre todo si se trabaja en alguna agencia de marketing digital, donde las presentaciones a clientes son parte del día a día de los trabajadores.
En el vídeo que te mostramos a continuación, los estudiantes se centran en tres puntos clave que pueden darnos unas pautas básicas de lenguaje corporal, útiles tanto en nuestro puesto de trabajo como en otras situaciones similares.
La postura genera éxito
«La comunicación empieza antes de que abras la boca para hablar, tu postura y la posición en el escenario conforman la primera impresión de tu audiencia».
Aunque resulta obvio, hay que posicionarse siempre en frente de la audiencia a la que te estás dirigiendo, nunca mirando tus diapositivas. Lo mejor es buscar una posición central frente al público que te está escuchando y moverse en el entorno cercano a esa posición. Nunca te pongas en una esquina ni cerca de objetos que puedan distraer a tu audiencia (por ejemplo, al lado de una ventana).
El ponente habla en el vídeo de tres ejemplos de malas posiciones en una conferencia:
- Hablar con las manos en los bolsillos.
- Poner los brazos en jarra.
- Colocar las manos delante de la entrepierna. No es elegante iniciar o terminar una gesticulación desde esta posición.
Entonces, ¿cómo debemos colocar nuestro cuerpo? Un truco para encontrar la mejor postura es cerrar los ojos y elevar los brazos en paralelo por encima de la cabeza. Después debes dejarlos caer relajando. Cuando abras los cojos, esa es la postura que deberías adoptar frente a tu público.
Los gestos refuerzan tu mensaje
Los gestos enfatizan el mensaje y hacen que las personas lo recuerden el doble. De nuevo, hay tres ejemplos de gestos básicos que pueden ayudarte:
- Posición de ‘dar’. Con los brazos extendidos hacia delante, los codos semiflexionados y las palmas de las manos hacia arriba, puedes hacer sentir a tu audiencia que quieres resaltar algo.
- Posición de ‘mostrar’. Por ejemplo, si estás hablando de algo que sentiste puedes tocarte el pecho con ambas palmas de la mano. En este caso depende del hecho que estés contando y lo importante es que el gesto que lo apoya debe coincidir.
- ‘The chop’. Se utiliza para transmitir una opinión de forma contundente. Se realiza con los brazos estirados y bajando ambos desde el hombro con las palmas enfrentadas en paralelo y hacia la altura de la cadera. Lo puedes hacer con una o con dos manos.
No olvides que debes mantener las palmas de la mano hacia arriba si quieres marcar la diferencia. Según diversos estudios si tratas de convencer a tu público de que se cambie de sitio, un 84% lo hará si lo indicas con las palmas hacia arriba, un 52% si señalas con las palmas hacia abajo, y solo un 28% si tu gesto va acompañado de un señalamiento con el dedo. Nunca debes señalar con el dedo a tu público, no es elegante y solo los políticos lo hacen.
¿Cómo mantener a la audiencia en escucha activa?
Por último, hay que poner en valor la labor del oyente que es el protagonista real y el que dedica su tiempo a escucharte. A todos nos ha pasado que hemos observado durante el transcurso de un discurso ciertos gestos que denotan desinterés o aburrimiento. Es responsabilidad de la persona que habla evitar este tipo de situaciones de la parte oyente, tratando se mantener su atención y de corregir esa situación en caso de que suceda. Además de usar las técnicas corporales que hemos mencionado anteriormente, podemos tratar de añadir un toque de humor o realizar alguna pregunta al público para conseguir reconectar a nuestro público con nuestro discurso.