Aristóteles estableció que la función de la retorica no era persuadir, pero entender lo que significaba persuadir en cada caso. El análisis de Ethos, Pathos y Logos forma parte de ese entendimiento sobre las probabilidades de persuasión sobre un publico u otro de acuerdo con el tipo de discusión que se plantee. En la discusión sobre el planteamiento a la desobediencia civil, Henry David Thoreau, Mohanda Karamchand Gandhi y Martin Luther King, Jr. apostaron claramente, en sus escritos y discursos más populares, por argumentos de tipo Pathos.
De acuerdo con los análisis realizados, la apelación a lo emocional es hecha sin reserva por parte de los tres personajes, que incluso, en los razonamientos más concretos dejan colar alguna condición emocional. Esto no es extraño a la comunicación política. No lo ha sido así en el pasado, ni tampoco parece que lo vaya a ser así en el futuro, aunque vivamos en la era de la información. Incluso en otros campos más técnicos se habla de la importancia que tendrá la utilización de Pathos en el proceso de toma de decisiones relacionadas con políticas publicas asociadas a la ciencia y la tecnología, por ejemplo.
Las personas cuyos escritos hemos analizado, han sido inmensurablemente audaces en la inyección de percepciones puramente emocionales a sus audiencias. En ocasiones, utilizando palabras contundentemente negativas en contra de aquello con lo que no están de acuerdo, pero sin aniquilar nunca la esperanza que significa la posibilidad de lograr lo que ellos enseñan a sus públicos a anhelar. El relato sobre el sufrimiento, el dolor causado por la injusticia, el abandono o desconocimiento, debe ser procedido por uno de reconocimiento, apoyo, bienestar y alegría. En el caso que nos concierne sobre la desobediencia civil, nuestros personajes lo hacen de forma generalizada.
Como lo hemos visto, la desobediencia civil significa ir en contra de lo que se supone ha sido acordado civilmente, tratados hechos para armonizar la convivencia del individuo dentro del grupo social. Nuestros personajes entonces encontrarían gran resistencia por partes proporcionales de las sociedades en las que vivían. Personas que disfrutaban de los acuerdos sociales vigentes y ante los cuales ellos planteaban una revolución. En ese sentido, debían ser extremadamente cuidadosos a la hora de hablar de detalles que les hicieran caer en contradicciones, proponer cosas utópicas, o ganar la oposición radical de una parte de la sociedad.
Así pues, lo mejor era recurrir a ideas que englobaran un conjunto universal de valores que fueran capaces de resaltar lo que es común antes de sectorizar.
Henry David Thoreau, como padre de la desobediencia civil, logro sentar un precedente que seria repetido por sus dos grandes seguidores posteriores: ser totalmente radical en un punto especifico sin sonar nunca como inconsciente o egoísta. Personalizar al enemigo no en otro ciudadano, pero en algo superior – en la figura de Estado o Gobierno, o en la idea de que el individuo no es respetado. Y, por último, en el relato de lo que sería lo correcto, o el día después de la tormenta. La elocuencia para describir a la audiencia lo que seria un gobierno bueno o una ley justa.
De los tres, los discursos de Martin Luther King son los que exponen de manera más eficiente esos Pathos. Probablemente por su origen religioso, este fue capaz de crear discursos que serían repetidos hasta nuestros días como si fueran cantos de iglesias. Su habilidad segura se puede explicar también por medio de los otros factores que componen la estructura retorica, sin embargo, en cuanto al contenido que se ha analizado, se puede afirmar que una fuerte carga emocional es positiva en la consecución de la alteración del estatus quo.
En el futuro seria conveniente estudiar todos los escritos y discursos de los tres personajes presentados y agregar a su vez, el análisis de otros factores parte de la estructura retorica para obtener así una fotografía definitiva.
De momento se ha corroborado, con los escritos y discursos más reconocidos, que existe semejanza en la estructura de la argumentación que han utilizado los tres grandes promotores las ideas de desobediencia civil y agitación del estatus quo. Además, por la diferencia que existe entre los tiempos y las coyunturas políticas que cada uno de ellos vivió, podemos decir que un nuevo personaje, de nuestro tiempo, puede encontrar éxito en una tarea semejante con un mensaje de estructura retorica similar.