Los jóvenes, ese es el segmento al que muchas de las campañas políticas actuales están intentando atraer. Ganarse su simpatía con los mensajes adecuados puede sellar el sendero hacia la victoria, más aún cuando el proceso electoral es reñido. Los analistas políticos sugieren que Barack Obama llegó al poder en 2008 gracias a los millones de jóvenes que quedaron enganchados por sus propuestas resumidas en el lema de “yes we can”. Ellos sentían que él conocía su realidad y les hablaba en un lenguaje familiar. En reciprocidad, estos millones de jóvenes viralizaron su campaña a través de las redes sociales y votaron masivamente por él, en un país en el que el abstencionismo entre los jóvenes es frecuente. Años más tarde, la ausencia de estos mismos jóvenes en las urnas habría sido determinante para el triunfo de Donald Trump.
No siempre los partidos políticos pusieron su interés en este segmento, pero la tendencia global es acercarse más hacia ellos ya que son parte del “voto blanco” o “voto indeciso” clave en elecciones reñidas. Aparte de los temas que podemos considerar pertenecen a los adultos como trabajo, lucha contra la corrupción y seguridad; el público joven también se decanta por temas a favor de la ecología, la preservación ambiental, el acceso a la educación, el desempleo, el acoso sexual y la libertad de expresión.
Ecuador en la Constitución de 2008, aprobó una muy innovadora ley conocida como “voto facultativo”. Esta reforma permite a los adolescentes menores de 18 años de edad sufragar voluntariamente en todos los comicios electorales que se desarrollen en el país. Esta reforma introdujo medio millón de jóvenes a las contiendas electorales, que se suman a los tres millones de jóvenes que ya estaban habilitados para votar. Los jóvenes actualmente representan un 25% del total de electores que tiene Ecuador.
Existen investigaciones y estudios previos que recogen el impacto que ha tenido esta nueva normativa en la sociedad ecuatoriana, sin embargo, el enfoque de la mayoría de estos estudios precedentes se enmarcan en el derecho, el constitucionalismo y la sociología. A nivel de comunicación política y cultura política aún existe mucho por investigar para desentrañar las claves sobre el comportamiento electoral de los adolescentes en Ecuador.
Luego de 10 años y cuatro procesos electorales las cifras de participación de adolescentes son positivas y alentadoras, contradiciendo la idea de que los jóvenes son apáticos por naturaleza hacia la política. Estos datos refuerzan la premisa de que los jóvenes y adolescentes ecuatorianos, históricamente han sido un grupo políticamente activo y militante.
Ya hace muchos años antes de la reforma de 2008, los jóvenes hacían sentir su voz de protesta agrupándose en colectivos y asociaciones y participando en varias manifestaciones y actos políticos de diversa índole en busca de reivindicaciones y atención por parte del Estado.
En cifras numéricas la participación de los adolescentes es alta y a futuro la tendencia parece ser irreversible. No obstante, subyace la inquietud para los antropólogos, sociólogos y más estudiosos de las ciencias sociales, así como para estrategas de la comunicación política, en conocer los pormenores de estos nuevos actores de la democracia ecuatoriana.
Un focus group realizado con adolescentes previo a la Consulta Popular de 2018 nos entrega algunas pautas de su comportamiento. Los adolescentes que ejercen el voto facultativo, en su mayoría viven en el hogar de los padres y están influenciados por ellos. La apatía no es la primera opción porque entre la familia y la escuela existe cierto grado de presión para tomar partido por propuestas e ideologías políticas, incluso a temprana edad. Pero es preciso señalar que esa no una realidad constante y absoluta de los jóvenes y adolescentes ecuatorianos. El Estado ecuatoriano aún no puede hacer efectivas todas las garantías y derechos que promulga en la Constitución. El grupo de adolescentes que no termina la secundaria aún es bastante elevado y se observa una flagrante falta de promoción por parte del Estado para propiciar la participación electoral.
Estas carencias están acentuadas en las zonas rurales, pobres y con alta población indígena. Los jóvenes y adolescentes ecuatorianos pueden ser considerados un segmento importante o diferenciador para los partidos políticos siempre y cuando estos sepan promocionar líderes políticos jóvenes entre sus filas y, por supuesto, elaborar estrategias y mensajes políticos bien diseñados que den respuesta a sus inquietudes y demandas. Ecuador es un país en pleno desarrollo que depende en gran medida de las decisiones de la clase política actual y las acciones que emprendan los jóvenes en el futuro.
Los objetivos de este TFM fueron:
Abordar el estado de cultura política de los adolescentes ecuatorianos menores de 18 años de edad respecto a su derecho a ejercer el voto facultativo.
Indagar las expectativas que tienen los adolescentes ecuatorianos respecto a su derecho de ejercer el voto facultativo.
Conocer las posiciones y criterios políticos más aceptados por los adolescentes ecuatorianos con derecho a ejercer el voto facultativo en la “Consulta Popular 2018”.
Describir cuáles son los canales de comunicación preferidos por los adolescentes ecuatorianos para construir su posición ideológica.
Determinar si este segmento electoral puede ser considerado como clave o estratégico para los partidos políticos ecuatorianos.
La promulgación del voto facultativo para adolescentes en Ecuador ha evolucionado favorablemente hasta duplicar el número de participantes desde que entró en vigencia en el año 2009. En las elecciones presidenciales de 2017 cerca del 80% de los adolescentes con derecho a ejercer el voto facultativo acudieron a las urnas. Cabe resaltar que Ecuador es un país con población eminentemente joven y que está en plenitud de su desarrollo poblacional, de ahí lo importante que es para las organizaciones políticas prestar atención a este grupo etario que compone en la actualidad el 25% del padrón electoral nacional.
Esta concurrencia positiva se puede atribuir a varios factores como la cultura política y participativa en la que han estado inmersos los jóvenes y adolescentes ecuatorianos incluso antes de la promulgación de la Constitución de Montecristi de 2008.
Sin embargo, no se trata de una participación homogénea, la participación depende de factores estructurales como el acceso a educación secundaria, la distancia de los recintos electorales y la publicidad que haga el Estado para promover el voto facultativo.
La participación de los adolescentes se concentra especialmente en los centros urbanos con predominancia en las provincias de la costa y las provincias de la sierra central, las mayores tasas de ausentismo están en las provincias de la sierra sur y en la amazonia. Los índices de pobreza, deserción escolar, abandono del hogar de uno de los padres y distancia del recinto electoral influyen directamente en la tasa de ausentismo. La provincia amazónica de Morona Santiago tiene el mayor índice de ausentismo con el 51%. Esta falencia de parte del Estado en brindar las garantías de acceso a los derechos de participación a toda la población ecuatoriana no tiene solución a corto plazo, pues se trata de problemas estructurales relacionados con la pobreza y el subdesarrollo.
Cuando indagamos acerca de las expectativas que tiene este segmento electoral y su facultad de ejercer el derecho al voto facultativo los jóvenes se muestran optimistas respecto a su participación electoral. Existe una frase aplicable a elecciones donde existe ballotage que dice así: “en la primera vuelta se vota por el candidato que uno quiere. En segunda vuelta se vota en contra del candidato que uno no quiere”; pues bien, en las elecciones presidenciales de 2017 que resultó ser una de las más reñidas y polémicas de los últimos tiempos en Ecuador (el oficialista Lenin Moreno resultó vencedor con apenas 300.000 votos de diferencia) la participación de los adolescentes en primera vuelta fue del 71.66%, 15 días después en la misma elección, en segunda vuelta la participación se incrementó a 78.36%, lo que deja entrever que existe un compromiso de parte de los adolescentes por participar en el juego democrático al igual que los adultos. El “voto de castigo” se hizo presente en estas elecciones.
Sobre los temas que suscitan el interés de los adolescentes podríamos decir que este grupo etario tiene una leve diferencia respecto a otros jóvenes de mayor edad. La diferencia consiste en que los adolescentes aún viven en casa de sus padres por lo tanto existe una retroalimentación con todos los miembros de la familia muy importante que se hace dentro del hogar a favor o en contra de una determinada propuesta.