Durante los últimos años, la figura de la primera dama ha marcado una trascendental diferencia en la percepción pública. No solo se configura como la mujer que acompaña a su esposo desde un punto de vista “simbólico” en la carrera política sino que se ha configurado en un apoyo al gobierno marcando la agenda que rige a un país o una ciudad. Entre las actividades tradicionales que se delega a las esposas de Presidentes, Alcaldes, Gobernardores, entre otras autoridades de elección popular, se destacan las relacionadas al ámbito de acción social. Aquellas actividades que requieren de una personalidad o visión “maternal” analizados desde el punto de vista del estereotipo de género. El cuidado al prójimo, la ayuda o la compasión son los valores relacionados al accionar que el imaginario social tiene de la “primera dama”. Sin embargo, mujeres como Hillary Clinton, Cristina Fernandez de Kirchner o Michelle Obama impulsaron la construcción de un liderazgo femenino que influyó en la imagen de sus esposos, convirtiendo a la acción social en una rama que complementa y dar fuerza al rol político de la principal autoridad del país o ciudad.
En el recorrido de este Trabajo de Fin de Máster se analizará desde un aspecto teórico los conceptos alrededor de liderazgo y género para conocer cómo estas características de lo que se espera de una persona líder encajan socialmente cuando hablamos de mujeres y hombres. La influencia de los estereotipos para la construcción social del liderazgo, sobre todo, desde el ámbito de lo social. Cuando hablamos de primeras damas, ¿el liderazgo femenino se construye desde propósitos sociales? ¿a qué se debe esa categorización y vinculación de lo social con el género?
A través de encuestas cualitativas y entrevistas a líderes de opinión se estudiará el caso de María Fernanda Pacheco, esposa del Alcalde de Quito, y se analizará la construcción de liderazgo desde la entidad que lidera en la capital ecuatoriana que se enfoca a proyectos de ayuda social.
El objetivo principal de este trabajo de estudio será el de analizar la construcción del liderazgo femenino y la percepción de la imagen de María Fernanda Pacheco, esposa del Alcalde de Quito y presidenta de la Unidad Patronato Municipal San José, destacando los resultados que ha tenido durante su gestión y cómo ésta influye en la marca de su esposo, Mauricio Rodas.
Los capítulos de este trabajo de fin de máster plantean analizar los siguientes objetivos específicos:
1. Indagar sobre el concepto de liderazgo femenino en la política social.
2. Determinar la diferencia principal del estilo de liderazgo de María Fernanda Pacheco y cómo su imagen ha transformado la percepción que se tiene de los proyectos sociales en la ciudad.
3. Conocer cuál es la percepción ciudadana del rol y el empoderamiento femenino de las esposas de los Alcaldes en contraste al rol actual de María Fernanda Pacheco.
Asimismo y de manera transversal en los objetivos 1 y 2 se indagará sobre cómo la construcción del liderazgo femenino en la figura de nuestro caso de estudio, María Fernanda Pacheco, ha influenciado en la transformación social de la ciudad produciendo una nueva mirada dirigida hacia el liderazgo social construido desde un intangible como pueden llegar a ser los proyectos sociales destinados a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables. Es decir, cómo la figura de la primera dama en Quito, hablando del caso reciente de María Fernanda Pacheco, es un puntal de apoyo y soporte a la marca política de su esposo, Mauricio Rodas.
Desde 2007, la figura de la primera dama fue anulada por parte del gobierno de Rafael Correa. Atribuyeron esta decisión al considerar este cargo como sexista y anacrónico. Por diez años, este rol tradicional no existió a nivel de gobierno central e incluso estas ideas se proyectaron en lo local durante la administración municipal del ex Alcalde de Quito, Augusto Barrera, coideario de Correa, el cual invisibilizó la figura de la primera dama en la ciudad la cual encabezaba una entidad social – Patronato San José – de alto impacto y rédito político. Esta decisión en la administración de Barrera trajo consecuencias en la falta de posicionamiento de esta entidad social que creció muy poco en cobertura, atención y servicios, y politizada por parte de la gestión municipal de Augusto Barrera. Sin embargo, desde 2014 con la posesión del actual Alcalde, Mauricio Rodas, esta figura tuvo un giro de 180 grados.
El Patronato San José encabezado actualmente por María Fernanda Pacheco fue rescatada de lo que pudo haber sido la extinción total de esta entidad debido a exigencias en la ley. El Patronato se ha conformado en una marca social y tradicional para la ciudad recordada en orígenes como unidad de salud, siempre en actividades de protección y cuidado. Después de 2014 tanto la percepción pública, ciudadana y mediática, tuvo que acostumbrarse a otra mirada frente a esta entidad que empezaba a construir una realidad distinta a la vivida anteriorimente. La imagen de María Fernanda Pacheco fue evolucionando, partiendo de la visión de mujer, esposa y madre que llegó a acompañar al Alcalde de Quito, a una con enfoque de política, de gestión y de liderazgo. Aunque el rol de la primera dama contiene un peso estereotipado muy fuerte para la sociedad quiteña conservadora donde se ve a la mujer como cuidadora, benefactora, sensible y encargada de lo social, en Quito se ha ido resginificando con el pasar de estos tres últimos años.
En Ecuador, la figura de la primera dama resurgió en 2014 con la figura de María Fernanda Pacheco y en 2017 con Roció González, esposa del Presidente de la República, Lenín Moreno quienes son reconocidas por la labor que impulsan dando otro significado a su cargo que por ser esposas de una autoridad lo emprenden. Podemos observar que para la construcción del liderazgo no es necesario que éste se constituya en base al poder, el voto popular o la autoridad que ejerza una persona. En el campo social, la transformación que una entidad o persona produzca mediante distintas acciones para cambiar la vida de los ciudadanos más vulnerables se convierte en una manera de construir liderazgo, conocido como el liderazgo social. En el caso de María Fernanda Pacheco miramos que sus niveles de reconocimiento son altos y se deben en gran medida al aporte municipal que ha brindado con la gestión de nuevos proyectos sociales que tienen como objetivo masificar su accionar en territorio.
Por otro lado, la gestión de Pacheco al mando de proyectos de igualdad de género que son reconocidos a nivel internacional dan un soporte importante a la imagen del Alcalde de Quito, pues las miradas empiezan a darse hacia esta ciudad en términos de igualdad de condiciones y derechos basados en una agenda mundial y avalados por organismos internacionales. La figura de la primera dama es tradición, un enfoque poco probable de cambiar en esta sociedad, pues todavía se identifica a la mujer como la ejecutora de lo social y mucho más si es esposa de una autoridad de elección popular. Sin embargo, el reto que se planteó María Fernanda Pacheco es que lo social deje de ser visto como asistencialismo o beneficencia. Para esto ejerció una dirección gerencial y estratégica. Al inicio de su gestión en 2014, re estructuró el orgánico del Patronato creando áreas clave para su trabajo como son las Unidades para la ejecución de proyectos de género y otro enfocado a la responsabilidad social con el objetivo de crear una red de cooperación entre entidades externas, empresas privadas y el Patronato.
La labor dentro de esta entidad municipal ha sido revisada y modificada con el objetivo de engranar los proyectos y mejorarlos. Ser primera dama empieza a tener otra connotación y a convertirse en el centro de un escenario distinto en la capital ecuatoriana y en el país entero. En parte, este cambio se produjo porque se resiginificó esta figura procurando un cambio en la mentalidad de la ciudadanía para la eliminación de los prejuicios de lo que supone ser una primera dama. Aunque todavía el camino es largo por recorrer en sociedades conservadoras como la quiteña, se puede observar que desde el puesto o cargo de primera dama que ha ejercido María Fernanda Pacheco desde 2014, la construcción del liderazgo, no solo está visto por la autoridad elegida por el pueblo, ni por el poder que pueda ostentar, en Quito significa el impulso de nuevos proyectos que son reconocidos por la gente y sobre todo, valorados y difundidos por los medios de comunicación. Ha valido la pena conocer y observar que hoy se le da otro significado y peso a cómo eran vistas las esposas de los Alcaldes. Las primeras damas pueden construir su liderazgo desde su trinchera (institución social o la que fuese) pues la coyuntura y posición les permite producir un rompimiento de esquemas que son acogidos y las convierten en actores del cambio.
María Fernanda Pacheco ha construido de manera perseverante y dando pasos corto, su marca personal, más allá de ser acompañante de un Alcalde, es reconocida interna y externamente como un brazo muy importante en la gestión de la Alcaldía, no solo desde lo social sino en todos los ámbitos de la ciudad. Aunque su presencia suponga un riesgo para opositores pues ella suaviza la imagen de su esposo y le da mayor credibilidad a la gestión, María Fernanda Pacheco es una realidad palpable y un peso fuerte para la administración municipal. La política social en Quito desde la figura de las esposas de los Alcaldes ha hecho destacar que la construcción del liderazgo femenino es posible y se fundamenta como una respuesta a la sensibilidad humana de los problemas sociales que aquejan una ciudad. Si éstos son manejados de manera gerencialista y estratégica, forjan un nuevo estilo de liderazgo que rompe al mismo tiempo con los estereotipos creados entorno a la mujer, lo que significa un nuevo concepto de líder, donde no necesariamente se necesita ejercer poder, sino mentalidad y visión a largo plazo.