El motivo principal por el cuál se seleccionó a Konstantin Stanislavski como el protagonista de nuestro trabajo de interpretación, es el hecho de haber estudiado la carrera de Arte Dramático en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESAD) y la vocación por el teatro. Durante nuestra formación, siempre hemos estado ligados al sistema actoral del director ruso, Konstantin Stanislavski, ya que nuestro principal maestro durante los 4 años de formación fue Vicente Rodado Gómez, actor y director español especializado en el sistema de Stanislavski, y una de las dudas que siempre debatíamos en clase, era porque los portavoces no eran capaces de realizar un discurso verdadero y orgánico durante sus representaciones. Para ponernos en situación, si un director corrige a un actor diciéndole “no es orgánico”, quiere decir en palabras coloquiales “no me lo creo”, una expresión que el propio Stanislavski utilizaba continuamente con sus actores.
Debido a esta pequeña duda que surgió hace varios años, hemos decidido analizar en profundidad el sistema de interpretación de Stanislavski y las técnicas que continuo su principal discípulo, Richard Boleslavsky, para describir y determinar cuáles son las mejores técnicas interpretativas que un portavoz podría recoger a la hora de ejecutar un discurso, ya que el principal problema, como ya hemos mencionado anteriormente, es que la mayoría de los portavoces no saben hablar en público, ni la tonalidad de su voz, ni su expresión facial, ni sus movimientos corporales, van acorde con lo que expresan verbalmente.
Cierto es, que todas las técnicas y actividades propuestas por Stanislavski y su antecesor Boleslavsky, no pueden ser aplicables a la oratoria política y empresarial, debido a que una parte del proceso del entrenamiento “actoral”, que en nuestro caso lo enfocaremos a la oratoria de portavoces, está destinado a la gran dramatización que sufren los personajes, pero un cierto número de técnicas, están ligadas a ser capaces de hablar en público y poner en escena un guion-discurso de forma orgánica y entendible.
Creemos firmemente que toda persona que sube a un escenario o se posiciona delante de una clase con 300 alumnos, debería saber hablar en público, porque es su responsabilidad el ser capaz de comunicar las ideas, colocar los mensajes clave y poseer una creíble comunicación no verbal para transmitir la información en un conjunto perfecto, porque de nada sirve memorizarse un guion o un discurso, si el portavoz se encuentra vacío por dentro de intenciones y no lo exterioriza.
Los objetivos de este TFM fueron:
Analizar las técnicas seleccionadas de interpretación, planteadas por Konstantin Stanislavski y su principal antecesor, para aplicarlas en la oratoria, formación y puesta en escena de un portavoz, con el objetivo de que se familiarice con un sistema innovador que redactaremos a través de recolectar diferentes ejercicios y técnicas interpretativas, las cuales servirán no solo para ejecutar un parlamento veraz y real, sino también, para superar el pánico escénico, los miedos y las tensiones superfluas, conociendo así, los puntos fuertes y débiles de la comunicación no verbal.
Establecer la conexión entre el actor y el portavoz, desgranar la kinésica y el paralenguaje de las técnicas seleccionadas del sistema de Stanislavski y poner en práctica, a través de una jornada de trabajo, los ejercicios que elaboraremos para que los portavoces superen todos aquellos obstáculos y miedos que les impiden ejecutar una ponencia o un discurso real, orgánico y entendible.
El objetivo general de este proyecto era establecer una relación entre el portavoz y el actor y aplicar los ejercicios que considerábamos de utilidad, para la formación del portavoz, basados en el sistema de Stanislavski (explicar quién es y que ha hecho muy por encima para centrar), con un resultado conseguido satisfactoriamente, ya que han obtenido una calificación muy positiva por los participantes en el estudio (ver anexos).
Los objetivos específicos eran desgranar la kinésica y el paralenguaje de las técnicas y las actividades propuestas por Stanislavski y su antecesor, Richard Boleslavsky, para hacerle llegar de manera más amena y directa los diferentes ejercicios al portavoz. En un primer momento quisimos enfocar el trabajo no solo en Stanislavski, si no en todos sus antecesores, pero nos dimos cuenta de que era imposible, ya que dicho trabajo hubiera superado los parámetros de una tesis, por eso nos centramos únicamente en el gran maestro y en su antecesor que llevó su sistema a Estados Unidos.
Referente a los ejercicios, hemos obtenido un resultado positivo por el 80% de los participantes en términos generales, exceptuando al sujeto 4 y al sujeto 7, los cuales tenían sus reservas o no consideraban de gran utilidad los ejercicios.
También queríamos resaltar el valor de reflejar el tempo-ritmo, cuyo concepto ha sido elevado gracias a la buena aceptación y comprensión de lo que supone saber controlarlo en escena. También ha destacado la técnica de la concentración. Ambas son las ganadoras como técnicas básicas y esenciales para cualquier persona que saliera a escena. Sin embargo, respecto a la técnica de los círculos de atención y la relajación muscular, los cuales consideramos de gran importancia en el mundo del teatro, visto los resultados, concluimos que no tiene el mismo peso en el mundo de los portavoces y que a veces distrae más que ayuda.
Para finalizar, queremos decir que nos hubiera gustado poder haber contando con un número mayor de participantes y con más tiempo para realizar un estudio más profundo. Además, consideramos que hubiera sido mucho mejor haber realizado la entrevista con una calificación numérica del 1 al 10, en vez de una entrevista libre, donde el sujeto podía responder a cualquier pregunta de la manera que quisiera, ya que creíamos que así sería mejor para que se expresaran libremente, pero sin duda, una entrevista numérica hubiera reflejado mucho mejor los resultados obtenidos de las jornadas de trabajo.