Durante las últimas décadas de la historia de la humanidad hemos experimentado numerosos cambios, cambios en casi todos los aspectos que nos rodean, y cambios que nos obligan a adaptarnos a las nuevas realidades que se van creando con el paso del tiempo. Si nos preguntaran ahora, creo que casi nadie dudaría en decir que estamos viviendo la era digital. Y sí, el mundo que nos ha tocado vivir es un mundo digital, que se apoya en las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)
y en las redes sociales. Actualmente se especula mucho sobre este mundo, sobre las tecnologías que nos rodean y de cómo todo este conglomerado de elementos nos afecta, ya sea negativa o positivamente. Pero la intención de este documento no es la de responder a la cuestión de si estos cambios y esta nueva realidad digital mejora nuestras vidas o realmente solo nos hace más dependientes de estos elementos.Lo que sí tenemos claro es que esta nueva realidad nos ha permitido desarrollar múltiples herramientas que han servido para ir satisfaciendo las necesidades que han
ido surgiendo. Y aquí es donde entra en juego el e-commerce o comercio electrónico. Esta forma de
comercio se asemeja a la que se ha llevado a cabo durante toda la vida, pero tiene una peculiaridad bastante obvia, y es que no se lleva a cabo de una forma presencial. Internet y la globalización son las claves del e-commerce, que básicamente permite a cualquier persona acceder a cualquier negocio (en el lugar y en el momento que sea) para adquirir un producto o servicio. Sin duda, el comercio electrónico ha supuesto un gran avance en todos los términos para aquellos negocios que buscaban expandirse y alcanzar a un mayor número de clientes potenciales.
El crecimiento de las redes sociales y la introducción en muchos hogares de dispositivos como móviles, tablets u ordenadores han dado un gran impulso al ecommerce y a su práctica. Todo se refuerza aún más con el impacto del COVID-19 en el año 2020 y sus efectos posteriores. Como casi todo el mundo sabe, la palabra COVID-19 es sinónimo de otras como pandemia y confinamiento.
3.1. OBJETIVO GENERAL
Objetivo general: Estudiar la evolución del e-commerce a raíz del impacto del COVID19.
3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
O.E.1. Analizar la evolución del comercio electrónico en los últimos años identificando las principales tendencias y comportamientos de los consumidores dentro de España.
O.E.2. Estudiar todas las formas de e-commerce y destacar los aspectos más positivos y negativos de las mismas.
O.E.3. Sondear sobre las soluciones y necesidades que hayan podido satisfacer estas formas de comercio a diferentes usuarios.
O.E.4. Sondear problemas y barreras que se hayan interpuesto entre el e-commerce y las personas.
O.E.5. Sondear sobre las plataformas online más utilizadas por los usuarios a la hora de realizar una actividad comercial.
O.E.6. Analizar el uso de las redes sociales en el proceso de compra en línea de los consumidores y su efecto en la satisfacción del cliente en el comercio electrónico.
O.E.7. Encontrar negocios que hayan aliviado el impacto económico negativo provocado por el COVID-19 a raíz de usar el e-commerce.
En este apartado, presentaremos las conclusiones que hemos obtenido a través del desarrollo de este proyecto, abordando cada uno de los objetivos específicos que se establecieron inicialmente. Nuestro exhaustivo análisis nos ha permitido extraer valiosas conclusiones que contribuyen a una comprensión más profunda y completa del tema en cuestión. En primer lugar, con respecto al objetivo específico O.E.1. Analizar la evolución del comercio electrónico en los últimos años identificando las principales tendencias y comportamientos de los consumidores dentro de España, podemos concluir que el comercio electrónico en España ha experimentado un notable aumento durante los últimos tiempos, especialmente en los sectores de la moda, el deporte y la electrónica. Esto sugiere que cada vez hay más gente que opta por hacer sus compras a través de Internet, aprovechando la comodidad, la amplia oferta de productos y las posibilidades de conseguir precios atractivos y ofertas. Además, es interesante constatar cómo los clientes usan diferentes plataformas y herramientas digitales, como buscadores y marketplaces, para buscar información sobre los productos y hacer sus adquisiciones. Los datos también indican una frecuencia de compra bastante elevada y un gasto medio considerable por transacción, lo que refleja la confianza y la predisposición de los usuarios a llevar a cabo operaciones en línea. No obstante, es fundamental tener en cuenta que la satisfacción posterior a la venta está influida por aspectos como los precios, la facilidad de uso y la puntualidad en la
entrega, lo que reafirma la importancia de brindar una experiencia de compra satisfactoria y cumplir con las expectativas de los clientes en estas áreas. En general, estos datos refuerzan la creciente relevancia y el impacto del comercio electrónico en España, así como la necesidad de ofrecer productos y servicios de calidad y una experiencia de compra satisfactoria para mantener a los clientes contentos y fomentar su fidelidad.