Dentro del marketing, el branding es considerado como el proceso de gestión de una marca. Este concepto abarca desde la definición de la marca hasta su construcción. Atendiendo al manual Cómo crear una marca: “El branding es una herramienta estratégica que versa sobre el proceso de creación y todo lo que implica (etapas de estudio, diseño, posicionamiento y construcción de la marca) y su gestión posterior (etapa de implementación y control)”. (Fernández & Labarta, 2009, p.46)
La importancia de este concepto radica en definir el posicionamiento que ocupa en la mente de los consumidores. En la actualidad, las empresas ya no compiten entre ellas por conseguir el mejor producto, sino que compiten para que los consumidores compren su marca y esta consiga ser la primera opción a la hora de tomar la decisión por parte del consumidor.
En este contexto, el branding comprende todas las variables de la marca y su construcción se basa en un proceso desde fuera, ya que una marca no nace para servir a sus creadores, sino a sus clientes. Por lo que, tomando como referencia los valores expuestos en el manual anterior.
Todos los valores que deben de definirse en relación con la marca son: las relaciones públicas, publicidad, comportamiento, nombre, identidad/logo, personas, productos y servicio, presencia en la web, relación con inversores, comunicación corporativa, entorno/contexto y material promocional. De esta manera el branding son todas las interacciones con el cliente, el empleado… es necesario pensar en cada uno de estos conceptos. (Fernández & Labarta, 2009, p.46)
La importancia que el branding ha ido adquiriendo en el marketing deriva de una evolución constante de esta disciplina unida al progreso social. De esta forma, se produce una transformación del marketing 1.0, al marketing 5.0.
Por su parte, el marketing 1.0 deriva de una época donde no había criterios a la hora de consumir, sino que simplemente se consumía lo que se ofrecía en el mercado. Por lo que las empresas únicamente invertían en el desarrollo del producto. Una de las principales características de esta época era que las
empresas solamente seguían una comunicación unidireccional, donde eran las compañías las que aportaban la información sin escuchar a sus clientes.
Con una visión más cercana al cliente se produce una evolución al marketing 2.0 donde el cliente muestra más interés por las ofertas y la toma de decisiones. Siendo importante el concepto de fidelización. En esta fase entra en juego la web 2.0, donde con el desarrollo de los medios digitales y sociales empieza a haber una retroalimentación constante de las experiencias de los usuarios. Las características de esta nueva etapa del marketing son:
El uso de tecnologías de la información (herramientas y métodos tecnológicos de distribución de a información), la búsqueda del posicionamiento corporativo del producto con la diferenciación como concepto clave y todo ello sin perder de vista el objetivo de satisfacer y retener al cliente. (Fernández & Labarta, 2009, p. 214)
De la evolución del marketing 2.0 surge el marketing del 3.0, donde el cliente busca satisfacer sus necesidades evaluando los valores de la marca como la responsabilidad social corporativa. Esto hace que las empresas empiecen a vender sus valores, dejando a un lado el producto. En este punto se complementa el marketing emocional con uno más espiritual.
Una de las versiones más recientes del marketing y que mejor se adapta a los clientes actuales es el marketing 4.0. En este punto autores como Philip Kotler, Hermawan Kortajaya e Iwan Setiawan explican en su libro Marketing 4.0: Moving from Traditional to Digital (Kartajaya et al., 2017) que, la conjunción de las redes sociales, las nuevas tecnologías y el marketing tradicional han cambiado la manera de llegar a los consumidores. Esto transforma por completo el hábito de comportamiento, así como de consumo del cliente tradicional. En este caso se hace necesario crear marcas más cercanas, con un mayor compromiso social, con una mayor personalización y con mejores ofertas. Se trata de conectar lo mejor de los dos mundos, el marketing tradicional y el marketing digital.