Con el inicio de la pandemia ocasionada por el Covid-19, y aún sin tener conocimiento de lo que se avecinaba, cada uno de los países establece una serie de protocolos básicos para intentar mantener la estabilidad de la situación al interior de estos. Luego de varias semanas desde el primer caso en China, nadie sabía cómo se iría a desarrollar la comunicación y qué medidas se establecerían para controlar la situación endémica. La realidad, como se mencionó, es que no se vio venir las consecuencias nefastas que traería el virus y que, dentro de la comunicación, se dio espacio para la especulación y la incertidumbre.
Al llegar el primer caso de coronavirus a Colombia, me encontraba viviendo y trabajando para el sector público de Colombia, específicamente para el Ministerio de Justicia y del Derecho. En las primeras semanas no hubo sorprendentes cifras de contagios y muertos en Colombia, no obstante, se presentó una crisis sanitaria al interior de las cárceles del país, debido a que estas se encontraban en hacinamiento. Digamos que fue un problema que viví de manera directa, ya que la dirección general de las cárceles de manera general se encuentra a cargo del Ministerio y esto ocasionó que se tuviera que dar respuesta a una oleada de derechos de petición.
Es así como empiezo a observar que, tras el recrudecimiento demás medidas, y tras estar interesada en la política colombiana, empiezo a notar como las cifras de popularidad del presiente Iván Duque empiezan a subir, en tan cuestionado Gobierno. Lo anterior, me hacía pensar en la inversión que se había realizado a la comunicación institucional y la manera en qué lo hacía. Al mismo tiempo, estaba todo el tiempo a la emisión de comunicados y noticias, debido a que en ese mismo periodo iría a España y empezaría a estudiar un máster.
De manera rigurosa empecé a seguir las comunicaciones de los dos países en cuestión porque realmente sentía que era un futuro incierto, entre las cuarentenas, los estados de alarma, los toques de queda y el cierre de fronteras. De esta vivencia es entonces que nace la necesidad de investigar el impacto que tuvo la comunicación institucional de España y Colombia y observar cómo esto afecto y benefició a su periodo de gobierno. Es así que con ánimo de entender los discursos que se dieron en España y Colombia, la idea será entender cuáles fueron los componentes claves que se dieron en la primera etapa producida por la pandemia.
Objetivo General
Medir el alcance y el aumento o disminución del índice de popularidad de los mandatarios de Colombia y España en la comunicación institucional que se realizó al inicio de la primera ola de Covid-19, para tal caso, se enfocará en observar del 8 de marzo al 31 de mayo de 2020.
Objetivos específicos
1. Determinar que estrategias fueron utilizadas al inicio de la pandemia para cautivar a la población.
2. Distinguir el uso de los diferentes medios de información para comunicar las medidas adoptadas por los gobiernos en tiempos de pandemia.
3. Analizar el uso del lenguaje que se utiliza para comunicar las diferentes medidas tomadas.
4. Identificar si existe relación entre el gasto invertido en comunicación y el aumento o disminución del índice de popularidad de los mandatarios.
Con el análisis discursivo de Iván Duque en época de Covid-19 se puede evidenciar un alto grado de compromiso al querer estar comunicando cada una de las decisiones que se tomaban desde presidencia. Esto significó la apertura de varios canales informativos con el objetivo de establecer contactos directos. Es así como el surgimiento de programas televisado, programas especiales los fines de semana, ruedas de prensa con anuncio de nuevas medidas, Facebook lives para responder inquietudes, Twitter para informar de todo, se convirtieron en la aventura en la que se montó Duque.
En cuanto a España, aunque no se evidenció una de un gran número de canales informativos, si que se observa que la labor de comunicar a diario creó un ambiente de cercanía entre el gobierno y la sociedad. Por lo anterior, cabe mencionar que la figura de Fernando Simón diaria, informando el avance de los contagiados y fallecidos, mostraba que se estaba llevando un proceso transparente. Lo anterior, mostró que existía la voluntad de decir la verdad, en cuanto el panorama español no era nada positivo, pero que también se buscaba ayuda de la comunidad para detener el contagio masivo por el que se estaba pasando.
Este tipo de programas le abrieron un espacio para conectar la ciudadanía y establecer un contacto directo. Es de esta manera como, aunque Duque mostró un interés de ceder ese espacio desde el primer día de inicio de pandemia, al ministro de salud, sólo este espacio fue concedido en situaciones específicas. Estas circunstancias, como en otros momentos en que otras personas del gobierno comunicaron, se basaron básicamente en temas completamente puntuales, es decir, cuanto tenían demasiada especificidad. Es así, que en determinados momentos comunicaron distintas integrantes del gobierno, porque requerían de una mayor riguridad para hacer entender el mensaje y, por tal razón, esas fueron las pocas veces que Duque no fue su mismo portavoz.
Por el contrario, lo que sucedía en España era lo contrario. Fernando Simón se convirtió en el portavoz especifico para hablar informar al detalle de las cifras de contagios, muertes y estado de los hospitales en el país. Esto produjo de cierta manera que los odios y amores estuvieran alrededor del director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias. Además, esta situación permitió que inclusive el papel del Ministro de Sanidad tuviera un margen de maniobra diferente, en cuanto éste desde su discurso, podía mencionar los avances que ocurrían el país y comunicar desde un discurso esperanzador. Asimismo, el papel de Sánchez, fue el a través de sus reducidas apariciones, fue el de verse como quien tenía la situación bajo control y además, siempre se mostraba con actitud previsora en cuanto a la toma de decisiones.
En Colombia, la cercanía con la comunidad se evidenció primero, en la manera directa que comunicaba, es decir, en el lenguaje poco elaborado. Esto ayudó a hacer de manera completamente comprensible la información de circulaba por todo el país. Esto se menciona en cuanto a que cada una de las veces que hubo reformas en el cambio de restricciones, se hacían a través de decretos presidenciales, que pocas veces quedaban completamente claros. Los programas de Duque ayudaron a una mejor comprensión debido a que, como se mencionó, era un discurso simple.
Por otro lado, en España ocurría que las comunicaciones que se hacían con respecto a los cambios en las restricciones del Estado de Alarma se hicieron estas a través de la comunicación de Salvador Illa y Pedro Sánchez, sus discursos como se muestra en el análisis, se presentan de manera corta, concisa y siempre sin ningún tipo de rodeo. Este tipo de discurso corto y que llevaba al punto del asunto, facilitaba la comunicación porque desde el primer momento se sabía que se quería, como se quería y que se requería desde la comunidad.
Otro punto que se rescata dentro de sus locuciones presidenciales de Duque era su lenguaje amable con las personas, esto se visibilizaba en dos momentos. El primera, en cada uno de sus discursos invertían al menos 2 minutos del inicio de su presentación para agradecer a la ciudadanía por el apoyo, por permanecer en casa y, sabía la cercanía del pueblo a la iglesia y al catolicismo, por lo que invertía su tiempo para agradecer a Dios por llevar las riendas del país. En una segunda parte, al momento de responder a las preguntas, lo hacía con la mayor amabilidad posible y siempre, mencionaba la importancia de las preguntas y resaltaba que eran las preguntas adecuadas para una mejor comprensión didáctica de cómo entender las medidas tomadas para minimizar el impacto del Covid-19.
En España con Sánchez lo que ocurría era que en su lenguaje siempre se mostraba esperanzador, cercano a la gente y por, sobre todo, agradecido con los trabajadores del sector sanidad. En su discurso siempre dedicó alguna parte de sus intervenciones para mencionar la labor tan grande que estaban haciendo los médicos y los enfermeros en el país, ya que entendía que sin su colaboración, la situación pudo haberse tornado incluso mucho peor. Este tipo de mensajes muestran una total empatía con los distintos sectores, ya que se entiendo que no es quien toma las decisiones, sino quien las ejecuta y hace el bien. Sánchez en cada uno de sus momentos agradecía a cada una de las personas, que con su ayuda, mejoraba de alguna manera la situación del país.
Una de las características que se resaltan y, que se presentan en común, tanto para España como para Colombia, es que utiliza un lenguaje completamente calmado, es decir, disminuye los comportamientos agresivos y, por el contrario, es amable y pausado al momento de dar los reportes, cifras y al indicar las nuevas restricciones. En tal caso, este tipo de comportamientos al parecer le dan un mayor acercamiento a la población, ya que les hace sentir que es una persona compasiva a la que también le duele lo que sucede y que trata de entender a toda la población. Dentro de su lenguaje también se muestra que es adaptativo y que entiende todas las posiciones de la población, debido a que sabe que no es el mejor escenario y por eso intenta crear medidas que no sean completamente perjudiciales.
Es decir, cada una de las medidas que se anuncian, se hacen un poco para entender y comprender la situación de los españoles y colombianos, ya que era claro que ninguna de las personas pasaba por un bien momento, ya que la situación era incomprensible y a nadie le terminaba de quedar claro que futuro era el que se esperaba. Por así decirlo, cada uno de los lideres intentó ponerse en el lugar de la sociedad y ver que medidas eran las que resultaban más adecuadas en el avance de la pandemia.
Finalmente, es así como Iván Duque, se convirtió en el portavoz de la crisis de Covid-19, y durante el periodo inicial y el que se analizó, le dio beneficios, porque fue la primera vez que conectó con la sociedad colombiana. De esta manera hubo una complicidad en intentar ponerse en la posición de cada una de las clases económicas del país. Fue así, como a los más pobres se les dio subsidios. A la clase media se le buscó mantener los costes y, además, paralizarlos por una temporada. Y finalmente, a los más ricos, se les buscó opciones de pago de puestos e IVA para los siguientes meses. Lo anterior hice que se diera una comunicación más fluida y, se representara en mayor favorabilidad.
Y en cuanto a España, se observa que el día a día dejó una enseñanza grande y esta fue la de conocer las debilidades del sistema sanitario, de cómo este podría irse mejorando a medida que transcurrían los días y a entender que de una mala situación, sólo se puede con la ayuda de los demás, es decir, cuando se está unido.
Cada uno de estos escenarios, tanto el colombiano, como el español, estuvo marcado por un aumento de inversión en la comunicación institucional, ya que de pasar a comunicar nada o de realizar pocas declaraciones en meses, los gobiernos se vieron obligados a informar cada día, de manera frecuente y de crear canales directos con la comunidad. Este ejercicio consiguió que en los primeros meses de Estado de Alarma se creara un canal directo u así la comunidad se enterara de la realidad del país, creando lazos de confianza y comprendiendo un poco mejor del por qué se tomaban unas u otras decisiones.