En este proyecto de investigación procederá al análisis de los discursos electorales del candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, previos a la cita electoral de las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, los cuales se produjeron entre los días 31 de octubre y 8 de noviembre de 2019.Es importante el contexto en el que se encontraba España en esos momentos.
Para comprender la magnitud de los acontecimientos, cabe remontarse a las elecciones generales de diciembre de 2015. En esta cita electoral, se acabaría con un gobierno de mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados del Partido Popular (PP) después de una legislatura caracterizada por innumerables huelgas, manifestaciones y protestas sociales por las actuaciones de este gobierno. Durante este periodo, darían el salto a la vida política dos nuevas formaciones: Podemos, un partido más a la izquierda del PSOE; y Ciudadanos, un partido de origen para el ámbito catalán que nació afirmando ser de centro, comprendido de esta manera entre el PSOE y el PP.
Tras estas elecciones generales no se logró formar gobierno, por lo que se condujo al país a unas nuevas elecciones generales en junio de 2016. El PP se consolidó como el partido vencedor de los comicios, pese a estar lejos de lograr conformar un gobierno. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se negó en rotundo a apoyar con sus votos a Mariano Rajoy, candidato del PP y presidente del gobierno en funciones. Sin el voto favorable de Pedro Sánchez, o su abstención, la investidura volvería a ser fallida, y se daría paso a la celebración de unas terceras elecciones generales.
En ese momento, el Comité Federal del partido socialista se organizó y forzó la dimisión del actual secretario general, Pedro Sánchez, y aprobó la abstención a la investidura de Mariano Rajoy. Sánchez, sin ser ya secretario general, dimitiría de su acta de diputado y Mariano Rajoy sería investido presidente del gobierno de España. Se anunciaron primarias para elegir al nuevo secretario general del partido socialista, donde se volvería a presentar Pedro Sánchez, jugando una dura batalla contra su principal contrincante, su hasta entonces mano derecha Susana Díaz, presidenta por aquel momento de la Junta de Andalucía.
Finalmente, Pedro Sánchez lograría la victoria, y volvería de nuevo a ocupar el cargo de secretario general. Fue de nuevo el líder de la oposición durante la XII legislatura liderada por los populares, hasta que en mayo de 2018 se publicaría la sentencia de la trama Gürtel que afectaría de lleno al Partido Popular y al propio presidente, Mariano Rajoy. Este hecho produjo que Sánchez presentase una moción de censura contra él, saliendo ésta aprobada por 180 votos a favor, 169 en contra y 1 abstención. Pedro Sánchez se convertiría en el nuevo presidente del Gobierno de España. En febrero de 2019 se propuso en el Congreso la aprobación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, pero al ser estos rechazados por la oposición, se produjo la convocatoria de nuevas elecciones generales para el 28 de abril de 2019.
Tras estas elecciones, el PSOE sería el partido más votado, por primera vez desde 2008. Irrumpiría en el panorama electoral un nuevo partido político, Vox, de extrema derecha. A pesar de la victoria del PSOE y de ser el ganador indiscutible con 123escaños, ya que el partido de la oposición sería el PP con 66 escaños, no logró sacar adelante su investidura, principalmente por sus desacuerdos con la formación de un gobierno de coalición con Unidas Podemos, su socio político potencial. Este desacuerdo a la hora de formar gobierno llevo al país a unas segundas elecciones ese año, y las cuartes elecciones generales en cuatro años.
Cabe destacar que en el año 2019 se produjeron, además, las elecciones europeas, autonómicas y municipales, por lo que era palpable el hastío al que se enfrentaba la sociedad española en estos comicios. Si Pedro Sánchez quería volver a ser el partido más votado, tenía que convencer al electorado de porqué debían volver a confiar en él, explicar porqué no habían formado gobierno anteriormente y cual era su garantía de que esta vez sí lo haría.
Objetivo General
Este trabajo tiene como objetivo general analizar los discursos de Pedro Sánchez desde el plano retórico-comunicativo, investigar como de desenvuelve y como actúa en cada una de las provincias a las que acude con el fin de comprobar si el candidato altera su mensaje dependiendo de la comunidad autónoma, o ciudad, en la que se encuentre. De este modo, comprobar si el tono del candidato es modificado dependiendo del lugar, esto es, comprobando si usa un tono más amable o por el contrario más beligerante, examinando a su vez como solicita el voto a través de la retórica de sus discursos y analizando en que temas incide más y cuales omite, según la sensibilidad del territorio.
Objetivos específicos
Con el fin de cumplir con el objetivo propuesto en esta investigación, se han planteado los siguientes objetivos específicos:
•Determinar la importancia que tiene en la construcción del discurso el ‘storytelling’ marcado por el candidato
•Revisar el cartel y el lema electoral empleados por el candidato en esta repetición electoral
•Indagar en los mensajes que el candidato quiere transmitir en sus discursos y el tono y tiempo que dedica a cada uno de ellos
•Determinar si Pedro Sánchez introduce u omite asuntos políticos determinando el territorio geográfico en el que se encuentre por beneficio electoral o no, según la sensibilidad del lugar
•Dilucidar desde un punto de vista académico la retórica comunicativa que emplea el candidato en sus actos oficiales
Con este trabajo, se ha podido analizar como se desempeñó la estrategia discursiva de Pedro Sánchez en sus debates, donde se ha confirmado mi hipótesis de que el candidato otorga mayor o menor importancia, e incluso omite, su discurso dependiente de la ciudad del territorio español en el que se encuentre. Ha sido llamativo ver, por ejemplo, que en Extremadura dedica una cantidad razonable de minutos para hablar del campo y temas relacionados con la agricultura y ganadería, mientras que en Madrid se optó por abordar en profundidad asuntos sobre la memoria histórica.
En la comunidad foral de Navarra, que posee un reciente auge de su sector nacionalista, se optó por reconocer la nación de naciones, mientras que en Barcelona se dedicó la gran mayoría de la intervención a abordar el desafío independentista, bajo un tono de comprensión y diálogo, no desde la agresividad. En ciudades del sur no se mencionó en ningún momento lo que fue el tema principal tanto en la campaña electoral como en el foco mediático, que fue el problema catalán, mientras que en comunidades con sectores nacionalistas y en Madrid, sí se hizo alusión a ello.
El discurso con mayor extensión, fuerza en su puesta en marcha y mayor búsqueda a despertar los sentimientos y emociones del público fue el de cierre, en Barcelona. Como he señalado, en este discurso se apela constantemente al pathos de sus futuros votantes, conllevaba multitud de repeticiones y apelaciones al miedo, señalando a que la falta de unificación del voto entorno al PSOE daría más opciones de fortalecimiento a “los fascistas”, lo que produjo que el mitin adquiriese un ambiente con terminología bélica. Pero el empleo del término “fascista” le otorga una oportunidad a muy corto plazo, pues con esto, Pedro Sánchez está fijando a su partido enemigo, Vox, como su principal adversario, lo que divide el voto de la derecha por la mitad, entre PP y Vox, lo que beneficiará a su partido debido a la ley electoral española, el sistema D’Hondt.
La estrategia que puso en marcha el partido socialista fue la de dividir el voto de la derecha entre PP y Vox, e intentar convencer a votantes de Ciudadanos para que confiasen ahora en el PSOE pudiendo subir así en escaños, pero tras la resolución se vio que fue un error, ya que la división derecha-izquierda permaneció bastante viva en los comicios. Fue más inteligente por parte del PSOE fijar a sus adversarios políticos en tres partidos, como sí se hizo en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, donde los partidos adversarios de la derecha eran tres, lo que hizo que sus escaños se viesen mucho más repartidos que en los comicios de noviembre.
No fue una estrategia inteligente teniendo en cuenta que, viendo la situación política actual, los moldes derecha-izquierda están tan marcados y diferenciados. En esta repetición electoral, el elemento de la retórica más empleado ha sido el pathos, pues constantemente apela al miedo ante la subida de la extrema derecha en estos comicios y la gran posibilidad de un pacto entre los partidos de la derecha, como ya ocurrió tras las elecciones autonómicas de mayo, poniendo como ejemplo el pacto en la Asamblea de Madrid y destacando noticias polémicas que habían sido virales en los medios de comunicación a pesar de los escasos meses que habían transcurrido.
El ethos fue el elemento al que menos se recurrió en los mítines, pues el que asiste, así como el que escucha desde su casa, conoce perfectamente a Pedro Sánchez, pues ya ha sido candidato en otras elecciones generales(recordemos que estas serían sus cuartas elecciones generales en un periodo de cuatro años) e incluso, ya había sido presidente del gobierno, tras la moción de censura a Mariano Rajoy. El empleo del logos también estuvo presente, siendo frecuente en los momentos en los que aseguraba que él y su partido habían ganado ya las elecciones, tanto las generales, como las municipales, las autonómicas y las europeas.
El PSOE era, por tanto, según aseguraba el candidato en sus intervenciones, el partido que tenía el derecho a sustentar la presidencia del gobierno. Por tanto, aunque ha sido presente en mayor o menor medida los tres elementos fundamentales de la retórica, sin duda sus discursos estuvieron marcados por el pathos, especialmente, por la apelación al miedo de lo que significaría no movilizarse para votar el domingo 10 de noviembre: el ascenso y posible llegada al poder de la extrema derecha, la cual comparaba como los herederos del franquismo.
En cuanto al análisis de su estrategia de campaña y al uso del storytelling, nos lleva a pensar que utiliza la construcción de “El viaje del héroe” en este momento de una forma que podría decirse de victimista, debido a que en todo momento el candidato socialista expresa que él no ha podido ser presidente del gobierno en la XIII legislatura debido a una especie de pacto entre toda la oposición para que no haya un gobierno progresista. Ese ‘complot’ por parte de toda la oposición es lo que emplea para pedir unificar el voto entorno al partido socialista, pidiendo no caer, como él mismo citaba “en el mar de siglas políticas”. Es destacable también la claridad de los mensajes que emplea en sus intervenciones Pedro Sánchez, no deja espacio a la imaginación, si no que trasladó un mensaje claro y conciso.
Algo con lo que el candidato no trabajó bien, fue el hecho de que trasladó en sus discursos los asuntos que la ciudadanía del territorio en cuestión quería escuchar, omitiendo las áreas más incómodas, pero una campaña electoral no consiste en convencer a los ciudadanos que asisten a tu mitin, pues si acuden al discurso es porque, en mayor o menor medida, tienes garantizado su voto, además de que es probable que se trate de simpatizantes o de la militancia del partido; puede resultar válido que en ciudades del sur de España no se mencionase el asunto catalanista, pero la actitud que adoptó Pedro Sánchez en entrevistas ante los medios de comunicación donde no dejaba claro en ningún momento cuales serían sus intenciones en cuanto a con qué otro partido político pactaría, o cual sería su actitud con Cataluña pudo afectarle en gran medida por su vacilamiento.
Por tanto, queda claro que el discurso electoral político, en este caso el de Pedro Sánchez, es modificado atendiendo a la demanda, a las necesidades y a la realidad del territorio en el que se encuentre, para hacer que este lugar se sienta identificado tanto con el discurso, como con el político, como con el partido al que deberá votar.