En el año 2006, poco se sabía de lo mucho que iba a cambiar la situación política en España nueve años después. Ese año, Albert Rivera Díaz fue elegido, en Barcelona, presidente de Ciudadanos durante el congreso fundacional del partido. A partir de entonces, impulsó su carrera política hasta llegar en 2015 a su punto más álgido: ser candidato a la presidencia del Gobierno de España. Rivera representaba a todos aquellos ciudadanos unidos a la tradición liberal que buscaban acabar con la corrupción, rechazaban el independentismo catalán y querían terminar con la existencia de un bipartidismo que se había convertido en un duelo de egos. Sin embargo, cuatro años después, el líder de la formación naranja vio truncada su carrera política debido al declive que su partido sufrió en las segundas elecciones generales celebradas en noviembre de 2019 y decidió dimitir como presidente de Ciudadanos, poniendo así fin a su carrera política.
En la siguiente investigación, se indagará en el porqué de su descalabro electoral desde un plano que abarca más allá del contenido de su discurso: la retórica. A lo largo del trabajo, se detallarán los campos que esta comprende representada en el expolítico: desde su lenguaje no verbal y elementos persuasivos hasta las diferencias de su mensaje. Todo ello, sintetizado en momentos claves para la historia del partido y del propio líder: dos actos de fin de campaña previos a elecciones generales.
Asimismo, se tendrá en cuenta de qué manera supo hacerse el exlíder con los ciudadanos. Alguien nuevo, poco conocido, que de repente supo triunfar y convertirse en alguien querido y deseado por los ciudadanos que querían un cambio a gritos. Pasó a dimitir y dejar el ámbito político en una carrera que apenas comenzaba a dar sus frutos.
Según define el periodista y autor anglosajón Sam Leith (2012) todos somos retóricos por instinto y por formación. Aunque la retórica está a nuestro alrededor, por todas partes, no la vemos. El objeto de estudio que se tratará en la siguiente investigación está orientado hacia la retórica, representada a través oratoria como género literario en los discursos políticos. Por ello, esta investigación se centrará en la oratoria representada en el discurso de Albert Rivera como líder político durante el periodo de dos elecciones generales: diciembre de 2015 y noviembre de 2019. La importancia de la retórica se manifiesta de una forma muy clara mediante el discurso político. El plano de lo “político” es inseparable de la retórica, según Aristóteles. Todos usan comúnmente la retórica, aunque muy pocos la tratan como un arte. Esta está estrechamente relacionada con el saber y se fundamenta en verdades. La retórica es un arte que trata de persuadir.
Previamente al análisis y observación de este estudio, se plantearon tres preguntas en torno a esta investigación. En este apartado, se dará respuesta a cada una de ellas, se corroborará el objetivo general y los específicos, así como se contrastarán o no las hipótesis planteadas.
La primera pregunta que surgía en torno a la problemática que desencadena esta investigación fue: ¿cuál ha sido la evolución en la manera de comunicarse de Albert Rivera en sus actos de cierre de campaña desde las elecciones de 2015 hasta las de noviembre de 2019?
Cada una de las partes desgranadas en su discurso político llevan a determinar que su evolución a la hora de comunicarse apenas ha variado de una campaña a otra. En ambos actos, su discurso es claramente deliberativo, político, donde trata de influir en su audiencia en todo momento. Sin embargo, pese a que su discurso apenas ha variado en estos cinco años, la forma de expresar su argumento sí que cambia. En el año 2015, se nota a un presidente seguro, pero más cauto. Un líder que quiere que su pueblo le “siga” y busca el apoyo con precaución. Por otra parte, en 2019 la forma de expresar su argumento es más segura e irascible.
En cuanto a las tres partes de este: ethos, pathos y logos, sí que varían en sendos momentos. En el acto de cierre de campaña del año 2015 su ethos es mucho más simple: lanza mensajes indirectos a su oposición y señala fortalezas a favor de su partido. En su pathos no hace propuestas, pero sí que señala la importancia de demostrar con hechos. Como logos, utiliza un elemento material, que es la bandera de Venezuela. En cuanto a su argumento en el acto de cierre de campaña de 2019, su ethos es más enrevesado, con ataques claros y directos hacia el presidente del Gobierno y hacia la oposición. En su pathos, esta vez, sí que hace propuestas. Y finalmente, para demostrar el logos, esta vez no hace uso de nada material, sino que trata de hacer partícipe a su público vitoreando su mensaje principal.
La variación en las partes de su argumento también se refleja en su mensaje: en 2015 pedía “cambio”, en 2019 busca la “remontada”. Si bien es cierto, que también ha sabido adaptar el mensaje en todo momento a la situación de cada año.
Como parte de su retórica, el uso de figuras literarias es similar en ambos momentos. En los dos actos hace uso de la anáfora con la repetición de la misma palabra o frase al principio de cada oración, o de la anamnesis evocando hacia el pasado. También, utiliza el comprobatio para elogiar a su público y el decoro, adaptando el discurso hacia sus oyentes. Además de las mencionadas anteriormente, otra de las figuras que usa es la metáfora, cuando trata un concepto como otro, o el polisíndeton, con el uso exagerado de conjunciones (en ambos casos, la conjunción “que”).
Con la repetición de estas figuras en sendos discursos se observa claramente la práctica del memoratio. Esta última es una de las partes de la retórica más influyentes en el político, junto con su amplio lenguaje no verbal. Asimismo, también se refleja su experiencia como orador, puesto que su comunicación es impecable en todo momento: demuestra naturalidad y seguridad en lo que dice. Además, cuando habla dirige su mirada tanto a un lado como al otro de su público, pese a que en el discurso de noviembre de 2019 tiende a mirar más constantemente a su derecha.
En cuanto a la observación de su comunicación no verbal, como ya se ha mencionado en anteriores puntos de este trabajo, Albert Rivera es un líder con un amplio lenguaje gestual. Se podría concluir que los gestos son partes de su discurso: le sirven para adornar y hacer más suyo este.
Se ha contemplado un cambio en su posición en sendos actos. En 2015 hace uso de un atril y sus manos se encuentran, en general, en todo momento, apoyadas en el atril. En el acto de 2019, no hace uso de ningún atril y se podría tener en cuenta la parte proxémica del actio, ya que está a una distancia mucho menor de su público y tiene la oportunidad de interactuar con él (aunque no lo hace hasta el final del discurso).
En este sentido, también emplea las categorías de la comunicación no verbal definidas por Ekman y Friesen: ilustradores, reguladores, adaptadores y manifestaciones de afecto. Repite constantemente movimientos de manera inconsciente, utiliza bastante sus manos y en su cara se reflejan gestos involuntarios (como el arqueo de su ceja).
Asimismo, tras la entrevista realizada a José Pedro Marfil Medina, este señaló acorde a las conclusiones extraídas, que la caída de Albert Rivera tuvo que ver, principalmente, con su argumento. “De la auto traición que se impone el partido en algunos momentos”, señala Pedro Marfil. Y esto, en 2019, le pasa factura en su comunicación no verbal. Así, Marfil dice que “cuando estás tranquilo con tus actos y cuando estás tranquilo con lo que propones, pese al nerviosismo, no muestras nerviosismo”. Esto tiene una connotación en sus gestos y en la forma de expresarse. Pese a que su comunicación no verbal no varía y se mantiene en la misma línea, el peso de su argumento pierde credibilidad.
En cuanto a la segunda pregunta que surgía en torno a la problemática que desencadena esta investigación:¿ha influido su comunicación no verbal en sus resultados electorales?
Para poder responder a esta pregunta de una manera adecuada, se han analizado las encuestas que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó previamente a las elecciones generales. Por una parte, el Panel 1 preelecciones realizado entre octubre y noviembre de 2015 (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2015)y el Macro barómetro preelecciones 2015 (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2015). Por otra parte, se tuvieron en cuenta los resultados de las elecciones publicados por el diario El País. En base a estos datos, se podrá responder a las preguntas.
Asimismo, con respecto al año 2019 el estudio será similar: Macro barómetro preelectoral de octubre de 2019 (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2019)y del Macro barómetro postelectoral de octubre de 2019 (Centro de Investigaciones Sociológicas, 2019).También se tendrán en cuenta los resultados de las elecciones publicados por el diario El País.
Tras este análisis de encuestas y resultados en ambos años, ¿ha influido su comunicación no verbal en sus resultados electorales?
Su comunicación no verbal no influye en sus resultados electorales. Ya que esta no ha variado tanto de un año para otro. Lo que sí que hay que tener en cuenta es la fuerza de su mensaje, ya que esta sí que ha influido. En 2015 era un partido nuevo, emergente; los ciudadanos estaban “cansados” del bipartidismo y los partidos tradicionales, la gente buscaba cambio y Rivera sería la palanca de ese cambio. Además, su manera de dirigirse a su público y a la oposición fue más cauta que en los años siguientes. Se puede ver a un Rivera sencillo, humilde que tiene un objetivo: terminar con el bipartidismo y hacerse con gran parte de los votantes.
En 2019, tras sus vaivenes durante esos cuatro años y su inestable y poco creíble discurso, pedía remontada. Sabía que muchos de sus votantes de 2015 no le acompañarían en 2019 y necesitaba recuperarlos. Demuestra una experimentada comunicación no verbal: naturalidad y seguridad.
En 2015 sí que se podría considerar la credibilidad de su kinestésica e influyentes recursos retóricos como otro de sus puntos fuertes. Sin embargo, en 2019 demuestra que su credibilidad no es fiable pese a que sabe hacer el discurso suyo. También se le ve más seguro pero más consciente de lo que ha logrado y, por ello, con menos humildad. Busca seguir llamando la atención y ataca constantemente a su oposición.
Por su parte, Pedro Marfil destaca como momento clave del declive del político, la moción de censura a Mariano Rajoy entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 2019. “Es en ese momento cuando el discurso de Ciudadanos se desarma por completo”, añade Marfil. La moción de censura hace que se deshilvane todo su argumento, puesto que el nacimiento de Ciudadanos se debió, principalmente, a un movimiento en contra de la corrupción. Y dentro de este marco, la moción se produjo en contra de la corrupción. El líder, por tanto, no sigue la línea de su argumento: si ha pactado con la derecha y dice ser de centro, también podría pactar con la izquierda (y es reticente a ello).
Por tanto, este momento hace ver a un Rivera distinto y la ciudadanía lo nota y lo sabe. “A partir de ahí, vemos un Albert Rivera distinto. Más nervioso, más impostado y eso es lo que nos hace ver a un Rivera menos seguro de sí mismo y menos convincente”, señala Marfil.
En cuanto a la tercera y última pregunta planteada: ¿han sido adecuados sus procedimientos persuasivos para ganar el voto del electorado?
En sendos discursos hace uso de una persuasión claramente ideológica, la que busca captar a su electorado y aquella ligada al ámbito político. Esta persuasión ideológica es correcta e influye en su público. Se consideran también procedimientos persuasivos su comunicación no verbal y el uso de figuras retóricas. Persuade con su mensaje y con sus gestos. Asimismo, la explotación de los sentimientos, la repetición de temas o ideas (mediante el uso de la anáfora) y la presencia de alguien conocido como en 2015 o la exageración en noviembre de 2019 son señales de que sabe persuadir y llevar a “su terreno” al público.
Por ello, sí que se puede señalar que sus procedimientos persuasivos han sido los adecuados. Lo que ha fallado ha sido su inestable contenido y sus inestables promesas. Los encuestados también han hecho referencia a su posicionamiento más hacia el ala derecha y menos centrista. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, lo que ha hecho que este perdiese a la mitad de sus votantes han sido sus vaivenes en el cambio de discurso, así como su actitud, que poco a poco se ha ido transformando.
Por otra parte, se han cumplido todos los objetivos que se perseguían con esta investigación. En el objetivo general se ha analizado el plano retórico-comunicativo de Albert Rivera teniendo en cuenta su mensaje, partes de argumento y el uso de figuras retóricas y procedimientos persuasivos, así como se ha analizado su comunicación no verbal dentro de las categorías señaladas por Ekman y Friesen.
En cuanto a sus objetivos específicos se dieron ejemplos deethos, pathos y logos en sendos discursos. Se estableció el mensaje y cómo este ha cambiado de un año para otro y se han determinado las figuras retóricas junto con ejemplos y la influencia de estas en la persuasión del político. Asimismo, también se ha llevado a cabo el análisis y observación de su puesta en escena o actio, con el análisis de su parte kinestésica.
El último objetivo específico hacía hincapié en decidir la importancia del plano retórico en la comunicación y, sobre todo, en sus discursos en los actos de campaña. El plano retórico en la comunicación en los actos de cierre de campaña es primordial para persuadir y ganarse al electorado. Se trata de un discurso deliberativo, meramente político. Este tipo de discursos ligan retórica y comunicación, ya que la retórica se construye mediante la banda no verbal, los recursos literarios empleados y las cinco partes de esta desgranadas mediante su discurso político. Por ello, sí que se podría considerar que la retórica en este tipo de comunicaciones es muy importante, esencial. Es el arte de embaucar y persuadir mediante la palabra comunicando gestos y movimientos que hacen suyo el discurso.
Define en la entrevista Pedro Marfil al ex político como “muy buen comunicador”. “Él conseguía, y fue de los primeros en llegar al parlamento, no utilizar papel. Utilizaba fichas, más que llevar el discurso hecho y eso decía mucho como buen orador”. También subraya la parte del memoratio como un elemento destacable de su capacidad persuasiva, así como la naturalidad de este como otro elemento fundamental a la hora de ser persuasivo. La naturalidad, además, demuestra que tiene el discurso muy interiorizado y que realmente se cree lo que dice. Y esto, resulta mucho más convincente.
Sin embargo, pese a que los elementos persuasivos empleados son similares y sigue haciendo práctica del memoratio, en 2019 tiene una inquina marcada contra Sánchez y esto los votantes lo notan. Prioriza Marfil con respecto a su persuasión y a su cambio en 2019 que “la ciudadanía se mueve más por los discursos ilusionantes que por los destructivos”. La crítica y desprestigio que muestra hacia Sánchez tiene notoriedad y esto también puede hacer que su público decida no depositar la papeleta de su partido en la urna. “En el momento en el que se convierte en un partido con inquina, el discurso se nos cae. Y el comportamiento verbal esto lo aguanta peor, porque interiormente lo que está diciendo, no es creíble”, señala Pedro Marfil. Asimismo, según mostraron las encuestas, Albert Rivera fue el líder peor valorado en el último debate previo a las elecciones de noviembre de 2019, ya que mostró un comportamiento mucho más radical, con una actuación a la desesperada.
¿Se cumplen las hipótesis planteadas en torno a esta investigación?
En torno a la problemática se planteaban, mediante las preguntas respondidas con anterioridad, tres hipótesis:
1.Albert Rivera mantiene su misma retórica-comunicativa tanto en 2015 como en 2019.
2.Su lenguaje no verbal es muy escaso. Por ello, se podría concluir que esto influye en el electorado.
3.Su fracaso electoral se ha debido, en parte, a su poca capacidad persuasiva para hacerse con el electorado
A continuación, se corroborarán razonadamente si estas se cumplen o no.
1.Albert Rivera mantiene su misma retórica-comunicativa tanto en 2015 como en 2019.Se cumple. La mayor parte de los recursos retóricos que emplea en el acto de 2015 se repiten en 2019, así como su tipo de discurso o sus movimientos relacionados con las categorías de la comunicación no verbal desgranadas por Ekman y Friesen. También su persuasión ideológica ligada a su mensaje, gestos e ideas, llevan a considerar que el político sí que mantiene su misma retórica comunicativa tanto en 2015 como en 2019.
2.Su lenguaje no verbal es muy escaso. Por ello, se podría concluir que esto influye en el electorado. No se cumple. Tiene un amplio lenguaje no verbal y este no ha cambiado de un año al otro. Por ello, no ha influido en el electorado. Se podría considerar el político con mayor lenguaje gestual: emplea ilustradores, reguladores, adaptadores y manifestaciones de afecto. Además, muchos de sus movimientos los realiza de manera innata. Sabe comunicar sin hablar y esta es una de las características más señaladas del político.
3.Su fracaso electoral se ha debido, en parte, a su poca capacidad persuasiva para hacerse con el electorado.
No se cumple. Su fracaso electoral se ha debido a la inestabilidad y cambio de su discurso de un año para el otro. Como se ha mencionado anteriormente, hace uso de una persuasión ideológica en sendos actos. Además, sabe emplear muy bien los procedimientos persuasivos para llegar al electorado: desde la explotación de los sentimientos o la repetición de ideas hasta la exageración. Por tanto, su capacidad persuasiva no ha sido lo que le ha llevado al fracaso electoral.