Guía rápida para armar estrategias electorales ganadoras

Tras la contienda interna, cuando el candidato de una organización política es seleccionado para competir por un cargo de elección popular, todo parece ir más rápido y a contrarreloj. Además, en política se le pide en cada momento a los líderes virtudes diferentes y por ello es muy importante saber adaptarse.

El consultor Amaury Mogollón compartió las claves para aprovechar el tiempo al máximo, optimizando recursos y se alcance el principal objetivo de campaña: ganar la elección.

Amaury Mogollón es CEO de la consultora Acción Polítik, conferencista internacional y consultor en estrategias electorales y gobiernos latinoamericanos. En el artículo titulado Ya soy candidato. ¿Y ahora qué? Guía rápida para armar estrategias electorales ganadoras, para la Revista Beerderberg, entrega los pasos desde el momento cero, hasta el día clave de los comicios.

Ponerse en manos de profesionales

 Si se quiere ganar, es vital ponerse en manos profesionales: se ahorrará tiempo, dinero y se colocará al candidato a un paso de la victoria. Para Mogollón, “la consultoría política es probablemente una de las herramientas más eficientes y fructíferas en el acompañamiento del candidato hacia su victoria electoral”.

Un buen consultor político tiene que ser una persona formada y consciente de la importancia que tiene tras la imagen del candidato principal. La formación que se imparte desde el centro de posgrados ID Digital School en comunicación política o máster en marketing político enseña a los alumnos las principales estrategias electorales que tiene que llevar un buen consultor político a nivel de web.

Investigación electoral

Inicio del proceso de investigación electoral, a través de estudios de opinión pública, “la investigación electoral pretende manejar información… y la información es poder”. El autor explica que “deberá apuntalar en las siguientes direcciones: estadísticas de las últimas cuatro elecciones, conocer a los adversarios, establecer qué quiere la gente, indagar sobre las leyes electorales vigentes”, lo que se convertirá en la base de la estrategia.

En esta situación es cuando realmente somos conscientes de quienes son mis verdaderos adversarios. Aunque es importante conocer a todos los candidatos perfectamente, hay que ser conscientes que no se compite con los candidatos que van a obtener mucha más cantidad de votos o mucha menos, nuestro verdadero competidor es quien está a nuestra altura en votaciones, y eso se debe tener en cuenta en las estrategias electorales.

Planteamiento de objetivos en la estrategia electoral

En este punto, Mogollón dice que se deben establecer y concretar todas las preguntas que puedan dar respuestas a los objetivos finales marcados en la estrategia electoral.

Según el experto, tras la investigación surgen los números a los cuáles el candidato desea y puede obtener: “¿Cuántos votos se pueden lograr? ¿Qué electores cuenta la candidatura? ¿De qué extracto socioeconómico se originan? ¿Población rural o urbana? ¿En qué se diferencian los votantes de la candidatura con los de los competidores? ¿Qué dinero cuenta la candidatura para llegar al día de la elección?”.

Preguntas para el candidato

Las preguntas que surgen después de delimitar los objetivos de la estrategia electoral son: ¿Por qué van a votar por mí?, ¿dónde debo enfocar mis esfuerzos?, ¿cómo puedo generar credibilidad?, ¿qué represento yo en esta contienda y por qué?

Para Mogollón, “los esfuerzos de la campaña deben dirigirse fundamentalmente en los nichos electorales donde la candidatura genera una ‘simpatía dudosa’ y no así en el ‘voto duro’ .

Definición del mensaje: una historia que contar

Se caracteriza porque responde a una pregunta concreta: ¿por qué se presenta una candidatura como opción real de poder?, y debe contar con la fuerza de la historia y la fuerza de quién la cuenta, y resaltar valores democráticos y honestos, según Mogollón.

Los candidatos suelen poseer unas grandes cualidades innatas que les ayuda a contar la historia, pero hay que tener en cuenta que es necesario modelar estas cualidades con diferentes técnicas para adaptarse a lo que pide el oyente.

Organización electoral y organigrama de campaña

Para el autor, “en el comando, la organización debe ser como el funcionamiento de un reloj suizo: precisión milimétrica y efectividad absoluta. Sin embargo, los pasos concretos son los que caracterizan que esa pieza de relojería fina marche sin contratiempos. Para ello debe existir un organigrama de campaña en el que se establezcan con claridad de manantial, las distintas responsabilidades del equipo”.

Posicionamiento, con sello personal

Mogollón advierte que es clave “ser auténtico depositario y transmisor de los valores que promueve su candidatura, haciendo posible su conexión con los electores duros, y cada vez más ir generando simpatías en otros nichos electorales”.

El líder debe crear una imagen que vaya generando simpatía.  Para ello debe de ser consciente que no siempre como se ve a uno mismo es como le ven los demás. Una buena estrategia electoral debe mostrar al candidato principalmente con credibilidad, experiencia y honestidad y, además, añadiéndole otros atributos afines con sus votantes.

Dónde buscar los votos en las estrategias electorales

El autor distingue algunos sectores:

– Voto duro, que son los electores que el candidato tiene como base electoral.

– Voto débil, aquellos votantes que no se sienten especialmente vinculados con la candidatura, pero podrían ser susceptibles de convencer para sumar voluntades.

– Votos switchers, aquellos que algunas veces de forma equivocada se conocen como indecisos, que barajan siempre alternativas, y pueden inclinar la balanza sorpresivamente.

El voto duro o anclado es la gran mayoría, puede suponer hasta un 70%, por lo que una buena estrategia electoral debe intentar conseguir el voto débil o switchers, también conocido como voto volátil. Aunque la cantidad sea mejor, es quien define el resultado final de las elecciones.

Presupuesto detallado, con ingresos y gastos

Mogollón tiene claro que los ingresos son un punto muy importante para realizar una buena estrategia electoral. Para él, “Los ingresos se fundamenta en colectas, fondos públicos y donadores particulares.  Los gastos deben ser bien planificados y varían según la intensidad de la campaña y al nivel de competitividad”.

Recta final

 A pocos días de la contienda final, candidato firme y con ideas, conquista votos. El autor resalta que “ningún medio debe ser descartado, eso sí, el medio acorde al público y sector al que vaya dirigido. Pero siempre contando su historia, que permanecerá intacta, si nada ha enturbiado la campaña. Así el elector tiene una radiografía de su candidato bastante certera de lo que éste ha vendido”.

¡A ganar la elección!

Mogollón concluye con la importancia de realizar una buena estrategia electoral y seguir los objetivos y los estudios de opinión para realizar una combinación de estrategias tradicionales y modernas que identifiquen con todos los segmentos y públicos objetivos (en medios también tradicionales y modernos). “Las estrategias electorales estructuradas y con poco espacio para la improvisación pueden alcanzar el éxito de los objetivos planteados: llevar a la victoria a un candidato”, puntualiza.

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