Tras realizar el análisis de contenido y las entrevistas realizadas a diferentes agentes participes de los eventos políticos hemos podido extraer las siguientes conclusiones:
• Podemos establecer como principal objetivo de los eventos político el ejercicio de lanzar y posicionar un mensaje concreto durante el desarrollo de la campaña en medios de comunicación y redes sociales a través del discurso político, protagonista del programa habitual de este tipo de eventos. Más allá del mensaje, los eventos buscan generar contenido en medios, siempre en búsqueda de obtener viralización, influencia y notoriedad sobre la opinión pública.
• Estos son también la principal vía en la que mostrar la fuerza de la agrupación, demostrar la capacidad de la que dispone el partido. No solo llenando sus eventos, sino sirviendo los mismos también como escaparate de la victoria conseguida en autonomías con la presencia de autoridades en sus eventos.
• Otra de la funciones y objetivos de este tipo de actos es crear un punto de encuentro para sus afiliados y simpatizantes con el fin de motivarlos y hacerlos sentir participes de la campaña, irrumpiendo en el panorama electoral como un agente activo. En definitiva, demostrar cercanía y aprecio hacia sus simpatizantes, los eventos son el lugar donde se lleva a cabo esta acción.
• Otra labor que tienen los eventos junto a otras herramientas de comunicación es la creación de una imagen concreta de su candidato, que sea atractiva para los votantes, ejerciendo lo que conocemos como la personalización de la política. Ya sea a través de la vestimenta, la actitud del candidato con sus simpatizantes ante las cámaras o entrando a los eventos acompañado de su mujer para dar una imagen concreta, los eventos son el “plató de televisión” de los candidatos durante la campaña electoral.
• Se ha observado la cuidadosa elección por parte de los partidos políticos de la elección de los espacios con la finalidad de potenciar su mensaje, la elección de lugares cuya historia o bien es relevante para su partido o bien lo es de cara al mensaje que se pretende lanzar durante su evento, ayudando a que sea mucho más consistente y potente de cara al eco que este pueda tener en los medios de comunicación y en la mente de sus electores.
• Durante la campaña del 10-N se ha podido observar una baja asistencia a este tipo de eventos a excepción del caso Vox, desencadenando una tendencia ya establecida en los últimos años, la organización de eventos más simples y de menor envergadura, en localizaciones más pequeñas y fáciles de llenar, lo ya definido como micro-eventos.
• En cuanto al desarrollo tecnológico no se aprecian cambios relevantes en comparación con eventos organizados en comicios previos, apenas se ha producido ningún tipo de innovación las elecciones del 10-N. Estas no tienen impacto como tal durante el desarrollo del evento, pero si en la organización y difusión de este.
• Los partidos cada vez más buscan generar un espacio de ocio y entretenimiento con la organización de sus eventos con la inclusión de elementos audiovisuales, el ritmo de los mítines ha cambiado y este se intenta ajustar al perfil de los afiliados que suelen acudir a sus eventos con la finalidad de generar una experiencia memorable positiva para el asistente.
•Cada partido organiza eventos de diferentes características, no se aprecian coincidencias desde el punto de vista escenográfico, pero si en el tipo de evento organizado, predominando en todos los casos la organización formato mitin. Estos eventos no sufren grandes variaciones a lo largo de la campaña, repitiendo en cada una de las localizaciones la escenografía y programa del acto, únicamente cambian los ponentes que intervienen introduciendo a los miembros relevantes del partido de cada provincia o ciudad.