La aplicación de realidad aumentada Pokémon Go ha superado todas las expectativas. Con más de 21 millones de jugadores activos solo en EEUU, se ha convertido en el juego móvil más exitoso de la Historia. Y hay otras cifras que lo confirman: en tan solo dos semanas desde su lanzamiento, Nintendo duplicó su cotización en bolsa; el término “pokemon go” se ha convertido en lo más buscado en Google; y según la empresa de rastreo de aplicaciones Sensor Tower, el tiempo que los usuarios dedican a cazar pokémon supera ya el promedio de visita de la red social más notoria, Facebook.
Pero ¿a qué se debe su éxito?
La clave está, además de en la novedad de combinar realidad aumentada y geolocalización, en el marketing y la gamificación.
El sistema es sencillo. Pokémon Go combina la realidad virtual con el sistema de ubicación del teléfono para detectar al jugador, haciendo aparecer un personaje cerca del usuario, que lo verá en la pantalla del teléfono y deberá atraparlo. Cuantos más, ¡mejor!
A medida que el jugador se mueve, los pokémon pueden aparecer en cualquier lugar, pero hay que ser el primero en encontrarlo, lo que hace necesario un preciso sistema de ubicación. Su creador, John Hanke, actual CEO de la empresa desarrolladora Niantic, formó parte del equipo de trabajo de Google Maps, sistema que utiliza para esta aplicación y para Ingress, otra aplicación basada en la realidad aumentada.
“Muchos de nosotros trabajamos en Google Maps y Google Earth durante muchos años, por lo que queríamos que las localizaciones fueran exactas” explica Hanke. Y es que la compañía cuenta con nada menos que 5000 localizaciones distintas donde encontrar estos animales virtuales. “Definimos el tipo de lugares que queríamos que formaran parte del juego. Estudiamos dónde se encontraban los lugares públicos, los sitios históricos, los edificios arquitectónicos y demás lugares con características relevantes, además de zonas singulares”.
Los ganadores, además de los jugadores más adictos, son los comercios. Pokémon Go ha relanzado el concepto de “gamificacion” y lo ha llevado a otra categoría: convertir el establecimiento en una poképarada o en un gimnasio se está convirtiendo en una manera de aumentar el tráfico real, el interés y el beneficio para las marcas y muy especialmente para los retails, que ya pueden solicitar que su establecimiento –o alrededores- forme parte de esta realidad aumentada. Otros, como Kawika Ocean Beach Deli, en San Francisco, prefieren poner “anzuelos” y dejar las poképaradas para los alrededores: la tienda fue catalogada como “estación de recarga” para teléfonos, aprovechando que el juego gasta bastante batería, y está creando eventos y quedadas para los fanáticos de Pokémon.
Sin embargo, no ha sido tan bien recibido por todos. Conocido ha sido el caso de visita masiva a Central Park en busca de un pokémon legendario, pero existen ya lugares que han solicitado a Niantic que retiren su ubicación en el juego; entre ellos, el museo de Auschwitz, el Museo del Holocausto de Washington o la mayor parte de Corea del Sur, región que tiene limitada la función de Google Maps por razones de seguridad en el enfrentamiento con Corea del Norte.
Y según la notoriedad que está adquiriendo esta aplicación, parece que no serán los únicos, ya que incluso las viviendas están siendo víctimas de visitas inesperadas. Quizá hay quien le dé el toque creativo y lo convierta en una herramienta de marketing personal.