Digitalizarse o morir

La transformación digital está cambiando profundamente la sociedad, y por ende, la estructura empresarial y los modelos de negocio. O al menos, así debería ser para no sucumbir al fracaso, según la opinión del 60% de los españoles.

De acuerdo con un estudio elaborado por The Valley Digital Business School, más de la mitad de los empleados españoles consideran fundamental que las empresas se digitalicen y prevén que la consecuencia de no abordar esta transformación digital a medio plazo será su desaparición.

La realidad es que la percepción de la mayoría de los empleados (74%) es que España se encuentra a la cola de la digitalización en comparación con otros países de referencia, especialmente en el sector de Banca y Seguros, donde casi el 50% piensa que se trata de un sector poco digitalizado.

Y es que para el 70% de los encuestados en el estudio, las empresas en las que trabajan no invierten lo suficiente para sumarse a la transformación digital, por lo que prevén que la digitalización se alargue entre 3 y 5 años más. Sorprendente es que esta media se alargue hasta los 10 años en sectores punteros como el marketing y la publicidad.

La realidad es que España ha estado muy por debajo a lo que correspondería según su economía en lo relativo a las tecnologías de la información y comunicación. Según un informe realizado por Ametic, España, aunque se sitúa como la economía 14 del mundo, ocupa el lugar 35 en digitalización -el 43 si atendemos exclusivamente al nivel de digitalización de sus empresas-, según datos del Network Readiness Index del World Economic Forum de 2016. Y los trabajadores tampoco cuentan con las competencias necesarias para adaptarse a la digitalización: el 46% de los ciudadanos carecen de conocimientos digitales básicos, relegando a España al puesto 14 entre los 28 países de la UE.

Pero ¿qué hace que las empresas españolas no se sumen a los beneficios de la digitalización y el marketing digital?

El 80% de los encuestados opina que las causas de que las empresas españolas se encuentren en situación de desventaja pasan por contar con una estructura y dirección tradicional, seguido de la falta de formación digital de la plantilla y la poca asunción de riesgos e inmovilismo (ambos con el 62%), así como la utilización de procesos obsoletos (para el 51%).

Sin embargo, el principal problema radica en que las estructuras directivas no conocen los beneficios de la digitalización que, según el estudio, sí son percibidas por los trabajadores: mayor eficiencia, aumento de la competitividad, agilización de los procesos y mejora de la relación con los clientes.

Tal como apunta el informe de Transformación digital de Ametic, “la transformación digital, más allá de limitarse a incorporar las nuevas tecnologías a los procesos de organizaciones y personas, supone un cambio cultural y una renovación completa de nuestra forma de trabajar y relacionarnos para adaptarnos a esta revolución”.

“Para poder alcanzarlo (…) debemos realizar un gran esfuerzo de mejora, sobre todo si tenemos en cuenta que desarrollar una verdadera economía digital será la base que permita garantizar nuestra competitividad y nuestro bienestar en un futuro próximo”, apunta el informe de la patronal tecnológica.

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