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8 Mar 2014Es la segunda estrategia de la inteligencia ante el laberinto. La información es el combustible que mueve a las personas, los grupos, las organizaciones y las colectividades
Ahora bien, tratar la información ha de ponerse al servicio del logro de los objetivos. De lo contrario, se convierte en rumor, cotilleo, charla sin sentido. Cuando alguien tiene claros los objetivos, adquiere sentido de lo importante. Al adquirir sentido de lo importante, sabe establecer prioridades. Y las prioridades llevan de forma directa a decidir correctamente.
Quienes muestran inteligencia funcional, saben que en medio de todas las actividades para conseguir unos determinados objetivos, han de distinguir tres etapas fundamentales: llegar, realizar y marcharse. En cada una de ellas, es muy importante tratar correctamente la información.
En la etapa de llegada, las personas deben trazar un mapa mental de la situación. Para ello, la inteligencia ante el laberinto advierte que, por encima del poder coercitivo, utilitario y normativo, esta el poder de información.
a) Poder coercitivo: depende de aplicar o amenazar con aplicar sanciones físicas: infligir un castigo, generar frustración mediante la restricción de movimientos, o controlar la satisfacción de necesidades por la fuerza.
b) Poder utilitario: controlar recursos materiales asignando salarios, beneficios, servicios y artículos de consumo.
c) Poder normativo: manipula estima, prestigio y símbolos rituales y designa y manipula la aceptación y las respuestas positivas.
d) Poder de información: depende de tener un sistema efectivo de información que pueda proporcionar la entrada de datos en los puntos críticos durante el control de los procesos de adopción, desarrollo y perfeccionamiento de un programa. Son cruciales la forma y la distribución del tiempo de la entrada de datos.
Poseen poder de información cualesquiera personas que saben tener sentido de lo importante, independientemente del lugar que ocupen en el grupo u organización. Además, si se trata de un sistema personal, hay que recibir cualquier tipo de información y saberla procesar adecuadamente, verificándola.
Para ello, es conveniente poner en práctica cuanto se ha dicho al distinguir creencias primitivas, obtenidas por observación, y creencias de autoridad y derivadas. Además, no hay que dejarse empantanar por los sentimientos ni posiciones preconcebidas.
Al saber procesar la información, la persona establece un sistema consistente de creencias-no creencias y desarrolla su Adulto. Como consecuencia, no se deja empantanar en laberintos totales y afectivos. El mapa mental se aproxima progresivamente al territorio, aunque esta labor quedara siempre inacabada por la multitud de variables y el valor siempre cambiante de estas.
3. De acuerdo… Yo pienso que sobran los pareceres personales. Yo me atengo a los hechos. Primero pensemos en el testimonio del viejo que vive en el segundo piso, justo debajo de la habitación en que se cometió el asesinato. A las 12 y diez de la noche del crimen, oyó ruido en el apartamento de arriba. Dijo que parecía ruido de pelea. Después oyó al crío gritar: «Voy a matarte.» Un segundo después oyó caer un cuerpo y corrió a la puerta de su casa, abrió la puerta y vio al chico bajar la escalera corriendo y salir de la casa. Después llamó a la policía. Encontraron al padre con una navaja en el pecho. El forense fijó la hora de la muerte sobre las doce de la noche. He ahí los hechos, no se puede ir contra ellos. El chico es culpable. No hay duda. Yo soy tan humano como cualquiera. Sé que el chico sólo tiene 19 años, pero debe pagar lo que ha hecho.
7. Estoy completamente de acuerdo con usted
El jurado nº 3, en Doce hombres sin piedad, trata bien la información, hasta que concluye que ha de pagar lo que ha hecho. Un poco más adelante, cuenta el conflicto que tuvo con su hijo. Éste le pegó una paliza y, desde entonces, piensa que la juventud está podrida. Por eso, quiere vengarse de su hijo en la persona del acusado. Según el Análisis Transaccional, establece una transacción angular con los demás jurados. Exteriormente, parece tratarles como Adultos. Ocultamente, como Niños, porque desea que le sigan en dictamen y así vengarse de su hijo.
8. (Al 4.) ¿Lleva usted las gafas puestas en la cama cuando se va a dormir?
4. Jamás. Nadie lo hace.
SE OYE EL RUIDO DE LA LLUVIA. NADIE SE MUEVE
8. Parece lógico que no las llevara puestas cuando hacia una hora que trataba de dormido.
3. (GRITANDO ) ¿Y usted qué sabe?
8. Yo no sé nada, lo supongo. Y supongo también, que cuando miró por la ventana en el momento de pasar el tren, tampoco las llevaba puestas.
6. Seguro.
3. No, no puede estar seguro.
8. Y voy todavía mas lejos. Creo que ella piensa, y muy honestamente, que vio al chico matar a su padre, pero que en realidad no vio más que una imagen borrosa.
El nº 8 se comporta como un Adulto porque sabe tratar muy bien la información, deduciendo lógicamente las consecuencias.
Además de tratar muy bien la información, sabe orientarse psicológicamente hacia la mujer. Se pone en su lugar, pensando como ella debió de hacerlo.
Un paciente tiene neumonía y conoce su diagnosis. El médico ha prescrito que:
a) debe inyectársele penicilina,
b) debe estar en una tienda de oxígeno,
c) debe tomar un medicamento especifico.
Cuando el profesional de enfermería se dirige a comunicarle el tratamiento, puede decidirse por varias formas de hacerlo. Escogeremos dos como muestra.
Profesional de enfermería: La penicilina recetada por el médico hará que usted se sienta muy bien. Además, ha ordenado que usted este en la tienda de oxígeno y él sabe de esto más que nadie. Y estas pastillas es lo que toman todas las personas que tienen lo que usted.
Paciente: De acuerdo.
Profesional de enfermería: La penicilina va a combatir los organismos que están causando su neumonía y le ayudara a sentirse mejor. La tienda de oxígeno hará que usted respire mucho mejor que ahora. Y estas pastillas suavizan y le ayudan a toser y expulsar las secreciones que usted ha acumulado en sus pulmones.
Paciente: De acuerdo.
(Adaptado de Mercer y O’Connors)
En el primer caso, el profesional de enfermería se comporta siguiendo las indicaciones del médico como Padre. En el segundo, el profesional se comporta como un Adulto, transmitiendo la información y los beneficios que el paciente puede obtener si sigue las indicaciones del paciente.
En la etapa de realización, la persona ha de poner el acento, aparte de en lo anterior, en saber cómo una persona toma las informaciones que intercambia con los demás componentes del grupo u organización.
Las personas ante una determinada información pueden tomar diferentes posiciones:
Adoptar la información porque están convencidas de que los argumentos que les aportan son válidos, de que las pruebas son convincentes.
Aceptarla, no por la fuerza de los argumentos aportados, sino por la credibilidad de la fuente, o por la conexión anímica que se establece al orientarse la persona hacia el mundo de los demás.
Modificar la información, y aquí caben todas las posibilidades de distorsión de la misma: desde la involuntaria hasta la de quien pone la información al servicio de una postura ya tomada. En un proceso de prejuicio o racionalización, los hechos parecen más claros que la propia luz, y sin embargo, desfiguran la realidad para hacer que esta cante lo que la persona interesada quiere. En la propaganda política, desfigurar ciertos hechos es prácticamente una ley
Detener o ralentizar la información, procedimiento que emplean frecuentemente las personas interesadas en que no prosperen determinados proyectos que son percibidos como amenazantes, aunque no lo sean en realidad. Así, hay quienes, cuando no logran los objetivos, hay que reprochar a quien mas trabajó en elaborarlos, siendo el menos culpable de los fracasos. Actualmente, hay en determinados países una reacción frente al poder que tienen determinados cuerpos burocráticos que pueden hacer fracasar políticas enteras si se lo proponen.
Evitar la información es otra de las posibilidades a las que atiende la inteligencia funcional. La desconfirmación, el relegar la información a la no-existencia es uno de los peligros mayores con que se puede encontrar la persona que quiere perfeccionar su agudeza. La exposición selectiva, cuando es voluntariamente asumida, puede tener remedio en ciertas situaciones. Cuando se convierte en automática, es difícilmente tratable, porque no interesa sino aquello que se quiere. Lo demás, aburre.
La persona con inteligencia ante el laberinto sabe interpretar adecuadamente que contrarrestar la información con otros argumentos u ofrecer otra alternativa, es un paso en el proceso de toma de decisiones. No es conveniente ni práctico, ni eficaz, llegar a decisiones unánimes o casi unánimes de forma rápida. Las personas en grupo pueden equivocarse y quizá las personas que pasan por «chinches» son las que sienten que las cosas van mal, aunque no sepan cómo expresarlo.
Rechazar la información puede deberse a diversos factores y adoptar diferentes formas. Quizá se trate de un rechazo definitivo, basado en razones personales y que, por muchos argumentos que otros aporten no cambiarán la actitud de la persona, puesto que se trata de un problema de relación, no de contenido.
Puede tratarse de un rechazo provisional, típico de la persona que quiere someter a la prueba de la «falsabilidad» cualquier información, para que el otro se esfuerce en apoyarla en razones válidas. Las fake news son algo muy recurrente por los medios de comunicación y por los políticos, es por ello que está dentro del programa de un máster en comunicación política o máster en consultoría política.
La persona con inteligencia funcional sabe adelantarse a los acontecimientos y consigue que no le detengan en su marcha. Al saber cómo tratar la información, discrimina los diferentes estímulos. Por tanto, al entrar en comunicación con personas o grupos, no generaliza ni piensa que, por ejemplo, la mayoría adopta su información. Porque sabe que quizá se limitan a aceptarla por el puesto en que esta situado. Ni deduce que su información es rechazada, sin más, porque quizá un rechazo inicial puede convertirse en un cambio de rumbo mucho más positivo que el anterior. Ni confunde contraponer información con rechazare la misma. Las personas con agudeza discriminatoria saben cuándo tienen que presionar, porque su información esta siendo ralentizada y condenada a la inactividad. Precisamente la agudeza discriminatoria es lo que distingue a las personas simplistas y autocráticas de las que saben ver la vida de una forma mas variada.
Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.