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26 Abr 2012La Fundación Gustavo Bueno me solicitó, hace unos meses, que explicase los diversos capítulos de mi libro Teoría General de la Información. Ellos grabarían mis clases y las colgarían en su Página Web, probablemente la que más visitas recibe diariamente de entre todas las Webs de Fundaciones que haya en España, y con mucha diferencia.Acepté la invitación y, durante varios días del mes de enero, aprovechando la pausa de los exámenes, grabé varias clases.
¿Puedo decir que la calidad de las clases que impartí en la Fundación Gustavo Bueno fue la misma que en mis clases en la Facultad de Ciencias de la Información, de la Universidad Complutense de Madrid?. Lamento decir que no. Y este es un asunto que tiene importancia en comunicación política y empresarial.Por aquellos días, los norteamericanos había detenido al creador de Megaupload y el pánico estaba servido. En consecuencia, yo tomé las debidas precauciones. Y en lugar de impartir las clases demostrando mis ideas, puntos de vista y proposiciones con fragmentos de documentales, secuencias o escenas de películas, me limité a narrar.
Y sabemos, nada menos que desde los filósofos griegos, la diferencia entre contar y mostrar o, como dicen los norteamericanos, entre el «telling» y el «showing». Según la teoría de la Ciencia, o Gnoseología, de Gustavo Bueno, los «referentes fisicalistas» constituyen una figura importantísima en cualquier ciencia. No es lo mismo que yo apoye una información en un solo caso que en muchos. Además, cuando los estudiantes o quienes asisten a una conferencia, ven representadas con personajes unas proposiciones, se animan más a dialogar, a intercambiar opiniones. Bueno considera que esta confrontación es una figura imprescindible, que él denomina «dialogismos».
Si no, las ideas que los públicos no confrontan, acaban por convertirse en la mahonesa que no alcanza el punto, porque alguien no la bate lo suficiente. Sólo hace falta que caigamos en la cuenta de la importancia que tienen los debates en comunicación política y empresarial. Entonces, si la situación actual que comienza a dibujarse con unos trazos muy claros, no permite ilustrar, aunque sea con fragmentos o escenas, una determinada afirmación, o lo convierte en algo prohibitivo por el canon que exige, ¿no es verdad que la calidad de la enseñanza sale perjudicada, y mucho?. Pero es que la enseñanza es esencial para que una sociedad siga avanzado. ¿O lo que estoy diciendo suena a pedagogía barata?
Ya he avanzado la primera consecuencia: Me autocensuré en la Fundación Gustavo Bueno. Lo que más me enfada de esta cuestión es que la ex-Ministra Ángeles González Sinde a) se permitió perpetrar uno de los peores guiones del cine español- Mentiras y gordas-, b) puede disfrutar ahora de unos privilegios post-ministeriales de los que carecen muchísimas personas con mayor inteligencia que ella y c) no se preocupó por las limitaciones de los docentes. El nuevo Ministro, José Ignacio Wert, del que me consta que tiene una preparación excelente, tampoco ha mostrado sensibilidad ante las consecuencias de esta Ley, que algunos la denominan Sinde-Wert.
Es como para preguntar: « Señor Ministro, ¿cómo puede consentir usted que se le ponga a la misma altura que esa señora?».No es machismo. Es una realidad. Esa señora no debería haber llegado a Ministra. Le faltaba preparación y le sobraban intereses creados en el mundo del cine. Cuando Zapatero dio la muestra definitiva de que (y aquí pueden poner ustedes lo que quieran) fue cuando sustituyó a un excelente Ministro de Cultura, como César Antonio Molina, por González Sinde. Por lo visto, César Antonio Molina le preguntó por qué le había cesado y Zapatero le respondió: «Necesito aumentar el glamour».
¡Qué horror!. Como es natural, me he preocupado por enteramente de lo que pasa en el post-zapaterismo. Y los hechos son éstos: Nos enfrentamos a un conglomerado de intereses económicos y jurídicos. Lo peor que está ocurriendo es que hay gente que vive de poner demandas y de perseguir «piratas». Pero ¿cómo pueden llamarnos «piratas» a quienes utilizamos sólo unos minutos para ilustra una teoría con una o dos escenas?. Parece que lo que buscan es seguir intermediando en el cobro de royalties de las grandes productoras. Les han llegado a comparar a Gody cuando dejó pasar a las tropas napoleónicas. Están representando la industria del entretenimiento norteamericano.
Por supuesto que sí tiene solución. ¿Qué ganan las productoras con perseguir a quienes pueden utilizar escenas de películas que están prácticamente fuera del mercado? Incluso, si permitieran utilizar unos minutos de películas que todavía tienen vigencia, los internautas se animarían a comprarlas. Los programas académicos de muy variado tipo servirían para difundir esos films. Estoy pensado en tres marcas de la Universidad Camilo José Cela: Master en Comunicación Política, Máster en Comunicación Corporativa y Máster Universitario en Análisis Transaccional, en la modalidad a distancia. Si las grandes productoras norteamericanas siempre han preparado unos tráilers o extractos para dar a conocer sus películas, ¿por qué no considerar tráilers las escenas con las que los profesores ilustran sus clases?
Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.
1 Comentario para Endurecer la legislación audiovisual puede perjudicar mucho a la educación
Ignacio Jiménez
abril 27th, 2012 at 11:22 pm
Comparto lo que planteas. Lástima que el blog no tenga la opción de tuitear o compartir en redes sociales para difundir con más rapidez estas reflexiones. Te animo a incluir estas opciones.
Un abrazo,maestro.