Quienes trabajan en una empresa o institución pueden ver a ésta como algo amenazante y tentacular para la integridad del individuo. De esta forma, hay individuos que pueden mostrarse contrarios a los planes de la organización y estar dispuestos a sabotear la política de la empresa. En varias mentalidades y estilos subyace la concepción de que las organizaciones no son buenas para el hombre, sino que hombre y organización son incompatibles. No hace falta resaltar que la comunicación empresarial encuentra aquí una zona minada.
Cuando esta incompatibilidad se queda en una concepción que no tiene consecuencias en la realidad, podemos hablar de una «pose», de una forma de pensar disociada de la realidad. Sin embargo, cuando esta concepción se traduce en una conducta consecuente, tenemos un cinismo o libertad sin norma. En ese caso, falta una filosofía sobre la organización. Y cuando no existe un sistema de valores, la crisis sobrevendrá con toda seguridad. No puede existir la comunicación empresarial sin valores.
Por otra parte, y al igual que en la ansiedad centrada en la autoridad, hay muchos individuos que se identifican tan profundamente con la organización que no aceptan cambios ni en la filosofía de la organización ni en su estructura. ¿Cómo podemos lograr una comunicación empresarial de calidad si la convertimos en un sistema como el que empleaban antes en muchas zonas de China para no dejar crecer el tamaño de los pies de las niñas?
A continuación ofrezco un grabado con las principales crisis por las que puede pasar una persona en una organización. Dejo para otro día comentar la ansiedad centrada en el Yo.
Un máster en comunicación, ya sea un máster en comunicación empresarial o un máster en comunicación corporativa siempre suma a los profesionales de esta área para poder desarrollarse mejor a nivel profesional.
Felicísimo Valbuena de la Fuente es Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Información.