Cuando comenzó el cambio de dirección de internet con la aparición de novedosas aplicaciones y sitios web, Tim O’Reilly (2004) propuso el concepto web 2.0, que define una segunda generación de internet basada en servicios en los que los consumidores aportan y comparten información online en nuevas vías de interacción social.
La web 1.0, la previa a la 2.0, se caracterizaba por tener un contenido estático elaborado exclusivamente por profesionales, pocos productores de contenido y muchos consumidores con un papal pasivo, pocos reajustes, tecnología cara y que no facilitaba la interacción entre productores y consumidores.
La aparición de nuevas aplicaciones en la web 2.0 es ya todo un hecho que busca facilitar la interacción entre clientes y desenvolver espacios en los que puedan expresarse, opinar, buscar y recibir información. Cambios en los comportamientos del consumidor que hacen que la comunicación 2.0 sea una evolución en la relaciones sociales, un nuevo entorno donde el protagonista es el usuario, que ha dejado de ser un receptor pasivo de información para convertirse en un productor de contenidos propios (Abellán, 2013. p.3)
La Web 2.0 consigue la expansión de las redes sociales en torno a la comunicación, formando un nuevo modelo comunicativo. Las nuevas redes sociales tienen una comunicación interactiva. En ellas la comunicación ya no depende del emisor, que en la web 1.0 era el medio de comunicación. En la Web 2.0 todos los participantes manejan el mensaje y están interrelacionados entre sí al intercambiarse los papeles de emisor y receptor (Gallardo y Alonso, 2010). De esta manera, llegan a convertirse cada uno de ellos en un “EMEREC” es decir, en un ser emisor/receptor. (Cebrián, 2008, p.345).
Según Toffler (1979) se impondrá entonces definitivamente el término prosumidor, donde el poder ahora lo tiene el consumidor, los usuarios de una web interactúan con ella y son ellos los que aportan valor al servicio/producto, promocionando su virtudes, que aumentan cuantos más usuarios utilizan la página, red o aplicación.
Si a todo esta evolución le sumamos que una persona con influencia en la red 2.0 puede conseguir un impacto sobre la reputación de una marca en la mente de un gran número de usuarios de forma inmediata, a ello se añade experiencias compartidas por otros usuarios en la red sobre un producto o marca con un conocido fin comercial.
Por este motivo, los anunciantes cada vez más buscan que usuarios influyentes en un determinado sector transmitan mensajes positivos sobre su marca o producto, transformándolos no solo en intermediarios o embajadores de marca, sino en un medio de comunicación con gran capacidad de segmentación, feedback2, credibilidad e influencia entre su público objetivo.
Viendo esta necesidad, nace un nuevo perfil de agencia que conectan marcas con influyentes para ayudarles a conseguir sus objetivos, ya que es una forma muy útil de conectar personas y marcas, un método de hacer publicidad que está de moda.
Estas agencias que conectan marcas con influyentes son muy beneficiosas para ambos lados del negocio. Por un lado los influyentes rentabilizan su perfil social y por otro lado los anunciantes encuentran el perfil de influyente que tu marca necesita a modo de altavoz para sus campañas publicitarias.
Esta investigación analizará el marketing de influencia, centrándose en la actuación de las agencias intermediarias en la actualidad que se dedican a trabajar y colaborar con las marcas y los influyentes para las campañas publicitarias.
Será interesante estudiar el campo de marketing de influencia y las agencias intermediarias porque ambos se han convertido en una nueva estrategia de comunicación utilizado por las empresas como medio de información, totalmente a la orden del día.